domingo, 15 de marzo de 2020

El mundo de entreguerras. Relaciones internacionales.


 Bueno, pues se ha quedado una buena tarde después de la Gran Guerra, ¿no?[1]  Mira que se habían intentado previamente unos sistemas de relaciones internacionales entre los países para que no se llegara a más conflictos bélicos, pero la verdad es que ninguna de ellos fue muy allá que digamos:
-          Tras las guerras napoleónicas, se pensó en realizar periódicamente congresos como el de Viena (1815) donde las grandes potencias decidirían todo y el resto de países limpiarían las mesas sin estorbar a sus mayores.[2] Con ideacas como el poder intervenir militarmente un país en el caso de que hubiera en él revoluciones[3].
-          Después vino Otto Von Bismarck (canciller de Prusia) quien prácticamente dirigió las relaciones internacionales del momento y quien se flipó de mala manera firmando alianzas, post alianzas, alianzas deconstruídas, pactos secretos, pactos secretos dentro de los pactos secretos... pero pasa como cuando tienes varios grupos de whatsapp y acabas hablando mal de alguien pensando que estás en un grupo, pero lo has escrito en el que no debías donde está esa persona. Pues eso, que al final la cosa fue un carajal y tampoco funcionó muy bien.[4] No es de extrañar que finalicen las movidas en guerra, la Franco-Prusiana. Antecedente directo de la Primera Guerra Mundial.
-Pues como le digo, señor Zar. Vamos a matar a todos los putos franceses.
- Yo soy Napoleon III,emperador de Francia. El Zar le está esperando ahí al lado
-  ¡Joder, qué pisto tengo! ya no sé ni con quién me entrevisto. Ésto es un estrés.

 Y, oye, las guerras pasadas ahí estaban, eran  muy malas y todo eso, pero ahora con las nuevas armas (gases venenosos, aeroplanos, tanques, morteros…) el nivel de destrucción es tal que era pertinente hacer una pequeña reflexión al efecto, ya que a este nivel destructivo, cada guerra sería más atroz si cabe que las anteriores. Pobres, ni se hacían una idea de lo que esperaba a la vuelta de algo más de una década.
Venga, va, que se nos ha ido la mano esta vez. Un poco de calma todos.

El presidente de EEUU, Woodrow Wilson[5],  ya había hablado varias veces de crear una organización internacional que garantizara la paz en el mundo. A día de hoy nos suena raro porque cuando un presidente americano (o una peli de Hollywood) dice “todo el mundo” se refieren solo a los USA, pero el pobre Wilson iba de buenas, de verdad. Dadle solo por esta vez el voto de confianza.
El presidente americano Wilson en la Tomatina de Buñol.
El hombre da en 1918 un discurso al senado donde expone sus catorce puntos[6]. La idea era lanzar varias propuestas para acabar con “el fantasma de la guerra” y cómo se puede crear un nuevo orden mundial de ahora en adelante. El caso es que en el último de los catorce (lo mejor para el final) habla de la creación de una “asociación general de naciones” Vamos, como la Federación de Planetas Unidos de Star Trek, pero sin Klingons [7].
¡Maldita federación humanonormativa y sus estereotipos con los Klingons!
El bueno de Wilson debía de ser un influencer con millones de likes en instagram y comentarios en youtube[8]  y ya en el Tratado de Versalles tras la guerra se recoge el “Pacto de la Sociedad de Naciones”, basado en esas ideas,  que entra en vigor en Enero de 1920.
Esta sociedad de naciones se propone mantener la paz y se insta a las naciones que agoten todas las posibilidades pacíficas antes de llegar a las manos[9]. Se plantean sanciones para el primer estado que agreda a otro y listos. El problema viene precisamente en cómo articular el concepto de “agresión”[10]
¿Sabéis qué es lo más gracioso de todo? Que luego el senado de EEUU vota en contra de que el país firme el pacto. Como os lo cuento.
La Sociedad de Naciones decidiendo sobre la línea neutral con el Imperio Romulano.
Finalmente se crea la Sociedad de Naciones, como una organización a nivel mundial, una especie de ONU versión beta, pero que destacó precisamente por su falta de universalidad: Alemania no entró hasta 1926, la URSS hasta 1934 y según pasan los años, Alemania, Japón e Italia se van pirando en los años 30 según van ganando terreno aquellos que no deben ser nombrados. Total, para no hacer el más mínimo caso a las resoluciones y pasárselas por dónde cada uno se imagine, dejan de ir y punto. Que ir para nada es tontería.
Si nos ponemos pejigueros, pues la verdad es que fue un fracaso la idea, pero siempre se considera como un buen intento (honesto al menos) y muchas de las instituciones (asamblea general, consejo de seguridad, secretario, tribunal internacional de justicia…) se reutilizarán posteriormente  para el reboot que supuso la creación de la ONU.[11]

Fases en las relaciones internacionales
Suelen diferenciarse tres frases en  las relaciones entre los países, según van evolucionando y cambiando ya desde el final de la guerra.
1) Tensiones tras la guerra.
Los tratados de paz van a ser terriblemente duros con Alemania (pero la culpa es solo suya por haber perdido la guerra, si hubieran resultado vencedores no se verían en ésta), les toca pagar toda la fiesta (deudas de guerra se llaman)  lo que produce una hiperinflación tremenda. Se cuenta la anécdota de que si en Alemania en ese momento querías tomarte dos cervezas las pidieras juntas porque si no cuando lo hicieras con la segunda ya habría subido. Y en 1923 una barra de pan llega a valer doscientos mil millones de marcos[12]. Ante la situación no queda otra que tirar la moneda y hacer una nueva a ver si no se devalúa tanto.
Además, soldados franceses ocuparan la cuenca minera del Ruhr no sea que se escondan el carbón en el recto y luego cuando salgan de la mina digan que ya no quedaba.
El trato a Alemania, que no reconoce las decisiones del tratado, va a ser causa directa de que ciertos movimientos ideológicos campen posteriormente a sus anchas en un país totalmente arruinado.
¡Usted, el bohemio de la pipa! A ver si va a estar escondiendo carbón por ahí.

2) Optimismo pacifista.
Una ola de buenismo comienza a florecer, Alemania piensa que de buenas lo mismo le van las cosas mejor, así que acepta las resoluciones que se tomaron sin su consentimiento tras la guerra, con eso logra que sea incluida en los organismos internacionales (aunque ya sepáis que va a durar poco). Todo lo cual se lleva a cabo en el tratado de Locarno (1925).
Tras tres años de parón, el blog vuelve con chistes que alcanzan cimas nunca soñadas

EEUU no quiere quedarse atrás y se une también a este intento de instaurar el buen rollo internacional[13]. Un comité del senado (el comité Levinson) intenta hasta poner a la guerra fuera de la ley.
En 1928 quince naciones firman el pacto Briand-Kellogg[14] en el que se condena la guerra como medio de resolución de las disputas entre países y abre el futuro a una nueva dinámica en la manera en que los países gestionarán sus diferencias.
Pacto Briand-Kellogg. Alegoría.
Bueno, pues nada. Se acabaron las guerras para siempre, ¿no? A partir de este momento, todos los seres humanos sin importar dónde hubieran nacido se unirían para cooperar, avanzar y descubrir las estrellas. Me temo que no.
3) Virajes hacia la guerra.
Este punto es tan importante que casi lo dejo para una entrada posterior. Sí, de esas que digo siempre que haré, pero que luego nunca hago. Pero peor sería estar en la calle cometiendo delitos o grabando vídeos de reggetón para subirlos a Internet.








[1] Recordemos que no se llama “Primera Guerra Mundial” hasta la segunda. Que de verdad de la buena, esta vez en serio, no podía volver a haber otra guerra tan cruel como la que acababa de terminar. El equivalente de “No vuelvo a beber” a escala de países. Aunque divago, ¡cómo vais a saber los adolescentes qué eso del beber! Preguntadle a vuestros mayores.
[2] Bueno, eso o  lo que quieran que hagan los pobres, que yo no sé para qué les están pagando que eso lo lleva una subcontrata.
[3] Que equivaldría a lo que os dicen algunos padres o profesores de: “¡No digáis tacos, joder, me cago en…!”
[4] Aclaro que en su origen, estas notas de página pretendían ser humorísticas, ahora en el Mundo Millenial (MM en lo sucesivo) me veo obligado a aclarar que Bismarck no tenía Whatsapp. No se había inventado aún. Se apañaban con los canales irc y el Messenger. Vale, otra broma, no me la tengáis en cuenta, que ya estoy mayor.
[5] Con su nombre aliterado como los superhéroes  y todo (Peter Parker; Bruce Banner; Loise Lane; Scott Summers, Pedro Picapiedra…)
[6] Explica catorce ideas, para un mundo mejor, no es que les enseñe los catorce puntos de la operación en la rodilla.
[7] Pensabais que iba a asociar una nación real con los Klingon, ¿verdad? Pues no: ¡tuHmoH! (es Klingon, sí)
[8] Insisto, es retórico y humorístico, no, no se había inventado. Que si no lo dejo claro lo mismo me expedientan.
[9] La dijo un gran hombre, Salvor Hardin (léanse todos la trilogía de “Fundación” de Asimos) que la violencia es el último recurso del incompetente.
[10] Y ni con un buffete de abogados delante pienso comentar nada al respecto.
[11] Lo de que la ONU, al igual que la Sociedad de Naciones, tampoco sirve para nada lo habéis pensado vosotros, yo no he dicho nada.
[12] Y esto no es una broma ni una exageración. Fue real.
[13] #porlapaz #guerrasno #buenrollo.
[14] Llamado así por Por el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Aristide Briand, y del Secretario de Estado de los EEUU, Frank B. Kellogg. No porque hubiera un gallo que publicitara cereales.


sábado, 14 de marzo de 2020

Probando

Solo quiero ver si el rollo éste funciona después de varios años, que por mor de la crisis vírica voy a ver si puedo colgar aquí todo lo relativo a las clases.
Ustedes sigan como si nada.

viernes, 14 de julio de 2017

Las Guerras Médicas I



Las guerras médicas no surgieron porque se desmantelara la sanidad pública en Esparta o porque quisieron echar a gorrazos a todos los homeópatas del Ática[1], sino que son las que enfrentaron a los griegos con los persas, llamados por los helenos medos, porque eran un pueblo con el que ya habían tenido antes sus más y sus medos[2]. Pero vamos con calma, que os conozco y luego al final os liáis, por más prístino que explique yo las cosas.
Todo ésto ocupaba el Imperio Persa. Como que iban a dejar que unos muertos de hambre vestidos con toga se les pusieran tontos.

  Hemos dicho “griegos”, así a lo loco, pero hay que indicar que en el mundo antiguo (más concretamente en el S. V a.C) están divididos en ciudades-estado independientes, las llamadas polis. Cada polis tenía sus órganos de gobierno propios, sus leyes, su ejército, su moneda, sus servidores del WOW[3]… Sin que ninguna metiera mano en los asuntos de las otras, guerras aparte. Pero sin embargo tenían varios elementos que les unían y les hacían sentirse como un conjunto, ya que por encima de las polis existía el concepto de la hélade, lo que se consideraba como la unión de todos ellos puesto que compartían, una misma lengua; creían en las mismas tonterías, digo en los mismos dioses; Sentían que tenían unos orígenes comunes (narrados, por ejemplo, en “La Iliada”) y de vez en cuando organizaban unos juegos deportivos celebrados en Olimpia antes de que los patrocinaran conocidas marcas de refresco con más azúcar en una lata que en todas las plantaciones de caña de Cuba y antes de que los deportistas millonarios que tributan en paraísos fiscales fueran jaleados desde la distancia por sus conciudadanos, quienes lejos de hacer deporte alguno usan el coche hasta para ir a mear, como si en vez de golpear con cierta gracia una pelota (o saltar una valla, no hago distingos) hubieran  erradicado el hambre en el mundo o evitado el deshielo de los polos. Pero estoy divagando, ¿por qué me dejáis divagar?[4]

   No hay polis solamente en la Península Balcánica (lo que hoy es Grecia, vamos), las hay también en el Sur de Italia, lo que se conocía como la Magna Grecia, junto con colonias por todo el Mediterráneo (el fin del mundo, es decir la Península Ibérica incluído), y hasta, y ya nos metemos en harina, en el litoral de Asia Menor (la actual Turquía), lo que para ellos venía siendo la Jonia, ya que esas colonias habían sido fundadas por los Jonios. En esos momentos el Imperio Persa, bajo la dinastía aqueménida, se pone a conquistar por Asia y el Mediterráneo como si no hubiera un mañana (incluyendo antiguos pedazos de imperios como fueron Babilonia y Egipto) y se encuentran con que en la costa hay unos pocos mataos que le estaban pagando unos tributos de pacotilla al antiguo poder de la zona, los Lidios, quienes además le dejaban una autonomía que ríase usted de la constitución de 1978 y el estado supranacional[5]. El caso es que los persas se ponen más chungos con el tema de los tributos[6], la independencia que hasta ahora tenían los jonios y esas zarandajas, motivo por el que estalla una revuelta entre las colonias de la Jonia. Conocida, muy originalmente, como “La revuelta Jonia[7]
Mapa de la Hélade, la Jonia es lo que está al lado del Imperio Persa, sí. Está en blanco y negro porque la TV todavía no era en color.

Tienen una ayuda testimonial del continente, Atenas les envía su más profundo apoyo, dos besos y veinticinco barcos. En un principio se plantean dejarlo solo en el apoyo y en los besos[8], pero luego recapacitan y se percatan de que lo mismo les viene bien tener los puertos de Asia libres para que a Atenas llegue grano y así puedan seguir sus ciudadanos sin preocupaciones con sus debates en el Ágora y sus otras cosas que tanto caracterizaban a los griegos en la antigüedad[9]. Eritreia también echa un cablecillo, sin que tampoco se note mucho y Esparta ni siquiera manda el apoyo moral, ni los besos al igual que hacen el resto de las polis.

  Aquí habría que hacer un pequeño inciso y es resaltar que solamente tenemos fuentes escritas de las guerras de origen griego, no ha quedado nada registrado por parte persa[10]. El historiador que las recoge fue Herodoto, conocido como “El padre de la Historia” o “El primer historiador de occidente”, quien a pesar de ser de una generación posterior a los hechos narrados, sí que parece que se tomó las molestias necesarias para ser lo más veraz posible. Aun así están contadas desde el punto de vista griego, hago constar. Y como los griegos son muy folclóricos y muy de personalizar, tienen que sacar a colación al tirano de la ciudad Jonia de Mileto[11], Aristágoras, quien, según Herodoto, quiso conquistar no sé qué con ayuda persa, pero le sale mal la movida y entonces, regodeándose en su propia crapulencia[12], provoca la revuelta para salvarse de las iras del Imperio por su fracaso. Bueno, Aristágoras y su suegro, un tal Hestieo, que por lo visto fue quien le acabó comiendo el tarro para ello[13].
Herodoto taciturno pensando en que su hija la historia desde que se lió con el youtuber ese famosete ya nunca le llama.

  A lo que vamos, los Jonios se levantan en armas, toman pronto la ciudad de Sardes (y la queman hasta los cimientos y esas cosas), pero finalmente la revuelta se alarga y van a fracasan en defender la propia Mileto en el 494 a.C, tras la derrota en una impresionante batalla naval. Es lo que tienen lo persas, lo de ser un imperio y poder disponer de los recursos de todos los territorios añadidos al mismo, como por ejemplo de naves egipcias y fenicias, que de cosas de barcos sabían un rato. Por lo visto también influye que el jefe de la flota confederada Jonia, Dionisio de Focea, era un borde que con él palmaba gente hasta en las maniobras, razón por la cual algún que otro barco se le pira antes de empezar la batalla y que se coma luego él los marrones, que para eso cobra más y tiene galones. Curiosamente el tal Dioniso es uno de los poco “protagonistas con nombre”[14], que se salvan, que al final el suegro y el yerno no lo contaron.
Unos dicen que los persas deportan a todos los ciudadanos y lo repueblan con persas y otros que hacen lo más habitual, matar a todos los hombres y vender a las mujeres y niños como esclavos[15]. Sea como fuera, el resultado es un: “Hale, para que vuelvan a rebelarse. Rebelión terminada”.
Es la batalla naval por Mileto. Pero parece que los de la playa les están ayudando a aparcar: "Vas bien, vas bien, vas bien. ¡Para, para!

 Y a todo esto, la guerra propiamente dicha aún no ha empezado, que  no han sido más que  los preliminares[16]. La Primera guerra Médica va a comenzar ahora, justo donde vamos a dejarlo para dar emoción. Diremos solo que va a comenzar porque Dario, gran rey persa, decide que tiene que castigar a Atenas y a Eritreia por el apoyo (ese prácticamente inexistente, ¿recuerdan?) a los Jonios y que si ya de paso se abren rutas comerciales por el continente Europeo pues todavía mucho mejor.
Darío contándole un rumor jugoso a un cortesano, quien le responde con un "¡Qué me dices!, ¡me dejas muerto!"

 La Leyenda cuenta que envía emisarios a Atenas y a Esparta a pedir “tierra y agua” (símbolo de la sumisión) y que en ambos sitios les dan matarile[17]. Es la famosa escena de la peli de 300 de “¡Esto es Esparta!”[18]
"¡Esto es Esparta!", "Menos mal, pensaba que me había equivocado"






 Y continuará, esperemos que en breve.




[1] Cosa que, ya que estamos, deberá hacerse en todo lugar y momento histórico.
[2] Y como vuelve el blog, tiene que hacerlo por todo lo alto, con el chiste más malo de toda su andadura.
[3] Sí, ya sé que el World of Warcraft está más acabado que la mano loca, pero es lo que tiene un blog de historia.
[4] ¿Véis? Lo he vuelto hacer. ¿Por qué me dejáis siempre?
[5] Lo de “Ríase de la constitución  de 1978…” es una frase hecha, no se descontextualice que no quiero que se me apliquen leyes de esas nuevas tan poco constitucionales.
[6] Que todos los lujos de la corte imperial no se pagan solos.
[7] Aunque hubiera sido peor que se pusieran originales y le hubieran llamado algo que no tenía nada que ver como, no lo sé, “La constitución de 1978”. Me gusta vivir peligrosamente, sí.
[8] Adelantándose así en más de mil años a lo que luego serán las decisiones de la O.N.U. respecto a las intervenciones de ayuda militar a otros países.
[9] Al teatro me refería, ¿Qué otra cosa penábais, degenerados? que este blog lo leen (espero) mis alumnos y son menores?
[10] Que sería el equivalente a leer las crónicas de los derby Madrid-Barsa solo con lo que cuenten el “Marca” o el “Mundo deportivo”. Bueno, vale, exagero. Herodoto sabía leer y escribir.
[11] En Atenas ya tenían su democracia, pero en otras polis todavía estaban en la fase de la “tiranía”. No se entienda con la acepción actual, simplemente una persona manda en la polis y las decisiones importantes las toma solo él y no los cuatro ciudadanos con derecho a voto como en Atenas.
[12] Esta referencia es la manera de ganarse los puntos Cooper de hoy.
[13] A ver si os creéis que la suegrofobia es algo actual, en la antigüedad también se les echaba la culpa de todo. Y menos mal que no era el cuñado, que si no ya no os cuento…
[14] Los que juguéis al rol entenderéis el concepto de “PNJ del máster”.
[15] Contaría el chiste de “violar a los caballos y matar a las mujeres”, pero no está la coyuntura para tales atrevimientos.
[16] Que según me han contado nunca son suficientes. Aunque no sé a qué se podrían referir, la verdad.
[17] Ser mensajero en la antigüedad era un destino peor que ser miembro de un jurado o de una mesa electoral, aunque sigue sin superar en horror a profesor de secundaria
[18] Por cierto, el cómic 300 de Frank Miller es una maravilla, la peli dirigida (es un decir) por Zack Snyder ya un poco menos. Bueno, infinitamente menos.

lunes, 6 de julio de 2015

Las Guerras Carlistas



Tras un parón más largo que un día sin intenet[1], vamos hoy con otro tema de sumo interés en la historia de España. Hemos comentado que todo el periodo de la Edad Media era un pisto considerable. Pues bien, resulta que el S.XIX tampoco está nada mal en cuanto a complicaciones[2]. Así que vayamos con un apartado de relevancia en ese momento, cuyas repercusiones no os creáis que se han disuelto del todo. Hablamos de – tachán tachán – “Las guerras carlistas”. Sé que suena muy a rollo, pero son de lo más divertidas, confíen en mí. Yo nunca les mentiría en algo así.

Pongámonos en antecedentes. En España está gobernando  Fernando VII, un rey tan capullo que haría bueno al hijo malvado entre Joffrey Baratheon y Ramsay Bolton. Mientras en el resto de Europa ya han tenido sus experiencias con parlamentos, constituciones, separación de poderes y esas cosas, aquí  nada, todavía monarquía absoluta y encima tan contentos. Si a los europeos les van esas cosas que te llevan de cabeza a las calderas de Pedro Botero, allá ellos, pero aquí, en la patria de Isabel la Católica, Don Pelayo y el Apóstol Santiago (que no era de aquí propiamente dicho, pero como mató muchos moros le concedimos la nacionalidad sin tener que casarse con una paisana) aquí, ya digo, rojerías de esas las justas.
Fernando VII con el traje de trabajo. Cara de donar a la cruz roja precisamente no tenía el hombre.


Lo de contentos no es exagerado, ¿eh?, que en 1820 hay un pronunciamiento militar, el golpe de Riego[3], que consigue que el rey tenga que rejurar la constitución[4] , exiliarse y que nos tiremos un par de añitos intentando modernizarnos. Finalmente es repuesto, los franceses envían a los 10.000 hijos de San Luís para reinstaurar el absolutismo y a su vuelta a España un grupo de mujeres, al grito de “¡vivan las caenas!” desenganchan los caballos del carruaje del rey, se colocan unos yugos de esos de los bueyes y llevan ellas mismas la carroza, que hasta él tenía que estar flipando. Sé que suena a película de humor exagerada, pero es completamente cierto.

En la versión oficial el carro lo llevaron un dodó, un mono con cara de avispado y una gineta a la que pinchaba un bombero con pañales. Más guay quedaba, las cosas como son.


Y ésto me ha salido en google imágenes buscando "golpe de Riego" y como soy medio tonto y todo me hace gracia tenía que compartirlo.


No os preocupéis que Fernando VII vuelve pero la diña pronto. La pega es que hasta muerto nos tuvo que fastidiar porque ahí va a empezar todo el follón.
El rey no tiene hijo varón, solo una niña, la que será futura reina Isabel II[5]. En los borbones, monarquía campechana y moderna donde las haya, se lleva la “Ley Sálica”, es decir que el heredero al trono tiene que ser el hijo varón aunque sea el decimosexto, después de quince niñas.[6] ¿Qué no hay niños en el matrimonio? Pues nada, qué le vamos a hacer, el varón de la familia más cercano entonces.
¿Era tonto entonces Fernando VII siendo rey absoluto y teniendo solo una niña no haber cambiado esa ley a tiempo? Vayamos por partes. Tonto era, en efecto. Pero tanto él como su padre, Carlos IV, tratan de cambiarlo. El apaño legal se llamó “La pragmática sanción” que suena casi tan bien como el test Voight-Kampff[7]. La cosa es que cuentan que en el lecho de muerte del rey, el padre Calomarde, confesor personal del rey, consiguió que la derogara por lo que “legalmente” seguía en vigor la ley sálica. Y no era la primera vez, que la ley en cuestión se pasó unos ratos buenos sendo derogada y puesta en vigor según le iban comiendo la oreja al rey los distintos miembros de la camarilla[8] de la corte.
¿Y que más le daba al tal Calomarde se preguntarán ustedes y con razón? Muy buena pregunta.  Pues la cosa es que la Reina María Cristina estaba empezando ya a demostrar ciertas simpatías liberales, más que nada porque pensaba que los liberales sí aceptarían a su hija como reina.  Mientras que el hermano del rey, Carlos María Isidro de Borbón (de ahí lo de carlistas) era lo que viene siendo “más papista que el papa” y a defensor del catolicismo no le ganaba ni el santo padre recién comulgado[9].

Carlos María Isidro de Borbón vestido de Vlad Tepes en los carnavales de Basauri. De la futura reina no ponemos cuadro porque era una niña y la protege la ley del menor.

Así que, el rey la diña,  la reina madre dice que la pragmática sanción vale y que su niña es la nueva reina de España (Isabel II) y su tío se junta en el norte con unos cuantos colegas de txacolís y a defender que se lanzan una serie de principios, que serán los del carlismo: “Dios, patria, fueros y rey”. Los conceptos de dios, patria y rey supongo que estarán claros, así que expliquemos qué son los fueros[10]. Bien contado son unos estatutos jurídicos propios que pueden tener algunas localidades (Navarra los sigue teniendo, de ahí lo de comunidad “foral”[11]) que los solía otorgar el rey desde tiempos medievales. En el caso de Navarra y el País Vasco se los concede Felipe V porque son territorios que apoyan al bando Borbón en la guerra de sucesión y por eso mismo se los quita a Aragón y Cataluña, para que aprendan a apoyar a los Austrias la próxima vez.
El caso es que los liberales son más de que todos los territorios sean iguales, que paguen todos los mismos impuestos y demás, cosa que a los territorios con fueros pues no le suenan del todo bien.

Así que ya tenemos dos bandos, los Carlistas, que apoyan al infante Don Carlos y serán dirigidos por el general Zumalacárregui y los Cristinos, que apoyan a la reina regente, María Cristina de Borbón (aunque también se les llamará, sobre todo más adelante, Isabelinos) y que comandará el general Baldomero Espartero, uno de los principales protagonistas de toda la historia del XIX en España[12]. Las guerras carlistas tienen tres fases, pero hablaremos de momento solo de las primeras de ellas.

Zumalacaregui con la boina de entretiempo y el Marca bajo el brazo para leer con el café qué había hecho esta semana el Athletic.

Las guerras están llenas de anécdotas curiosísimas, como que es el cocinero de Zumalacárregui quien inventa la tortilla de patatas durante el asedio a Bilbao o el momento en el que el mismo general carlista ve a todo un batallón caminando sin zapatos, y al preguntarles la razón le responden que les había dicho su capitán que los cuidaran y no los rompieran que andaban mal de presupuesto. También es curiosa la táctica a lo Elliot Ness de destrozar todos los toneles de vino de los pueblos que iban tomando para hundir la moral del enemigo[13].

Y este es Espartero quien parece estar a punto de levatarse a dar de tollinas a los que hablan al fondo.

El caso es que se trata de una guerra civil se mire como se mire en la que enfrentan varias concepciones del mundo: Monarquía absoluta-monarquía constitucional; Campo-ciudad; privilegios religiosos-liberalismo; Periferia-centro; DC-Marvel… Las dos Españas, vamos.
Finalmente, en esta primera fase de la guerra, Zumalacárregui muere en el citado asedio a Bilbao y Espartero derrota al resto del ejército carlista en Luchana. El grueso del ejército carlista, dirigidos por Maroto, firman la rendición siempre que se les mantengan los rangos militares que ganaron en la guerra, pero un grupo de ellos, tildan de traición la paz y comandados por el general Cabrera seguirían la guerra por la zona del Maestrazgo, pero dando ya menos la lata. Isabel II es nombrada reina, aunque como es menor de edad se queda como regente su madre (luego será regente Espartero y todo) y empieza el largo proceso del asentamiento del liberalismo en España, que ya terminaremos otro día[14].

Espartero y Maroto firmando la paz en el "Abrazo de Vergara", tan efusivamente que parece que va a sonar la música en cualquier momento y que el resto del ejército molesta.



[1] Ya no vuelvo a jurar que la próxima vez tardo menos en actualizar que luego rompo más juramentos que Jaime Lannister.
[2] Son solo 100 años, sí, pero están comprimiditos y pasa prácticamente de todo, exceptuando cyborgs que vengan del futuro e invasiones alienígenas. Y si las hubo, se ocultaron muy bien.
[3] Riego es un militar progresista que trata de acabar con la monarquía absoluta de Fernando VII. Lo de golpe de Riego no tiene nada que ver con dar azotes con una manguera.
[4] Porque ya la había jurado el muy ruin nada más terminarse la guerra de independencia, pero luego ya se sabe cómo son los reyes con las constituciones, que al principio todo es muy bonito, pero luego ni las escriben, ni las llevan a sitios bonitos, ni las dicen lo mucho que valen. Vamos, que no la estaba haciendo ni caso.
[5] Os recuerdo que en historia no hay spoilers, así que no he destripado nada a nadie. Que ya os veo venir.
[6] El actual rey de España Felipe VI lo es precisamente por eso, que su hermana nació antes. Así que tampoco estamos hablando de cosas tan remotas. Cronológicamente hablando, claro, que atrasado lo es un rato. Tanto la ley sálica como la monarquía, me refiero. Aunque si  nos ponemos técnicos y con goyerías, la ley Sálica, como tal ya no existe en ningún país, se lleva una variante que es la ley Agnaticia. Pero, vamos, si vosotros no decís nada y la seguís llamando sálica, yo no voy a chivarme a nadie.
[7] Hoy sacamos pronto a relucir los puntos Cooper, esta es la referencia para ganarlos.
[8] Al menos era la camarilla y no el Sabbat. Y esta vez la referencia friki es tan difícil que al que la acierte se le doblan sus puntos Cooper. Sin mirarlo en Internet, claro.
[9] Hoy diga sigue existiendo un partido carlista y este mismo verano de 2015 han escrito un panfletillo para que siga habiendo en playas y piscinas zonas mixtas para que no se junten hombres y mujeres. A mí me suena a fake, pero lo han publicado también gente de la prensa seria así que os hacéis una idea de cómo se las gastaban los carlistas de antaño comparados con los actuales.
[10] Y no haremos gracias con los fueros de juego ni chistes fáciles similares.
[11] No era porque recogieran margaritas y ramitos de violetas, que lo mismo alguien se lo preguntaba.
[12] Y haciendo un poco de Spam, protagonista también de una excelsa novela por web que escribe este mismo autor y que actualiza todavía menos que este santo blog: “Espartero exterminador de monstruos”. Pueden seguirla en: www.desdeaquiabajo2.blogspot.com
[13] Y porque no había fútbol que si no hubiera puesto candados a los estadios y ya no te cuento la que se liaría en España.
[14] Indicando eso sí que lo que se entendía por “liberal” en el siglo XIX y actualmente no es exactamente lo mismo.