Mi experiencia
en el noble arte del pastoreo (en efecto, hoy día los profesores no damos
clase, pastoreamos) me ha dejado clara una cosa. Y es que un número importante
de los alumnos, porque algunos buenos siempre te encuentras, faltaría más, no
dedican tiempo a casi nada de lo que esté relacionado con el instituto. No ya a
estudiar o hacer alguna vez los deberes, es que ni tan siquiera a comprender lo
que leen. Les da exactamente igual hasta si no entienden una palabra, se
aprenden las frases de memoria y desfilando, importándoles muy poco si lo que
tienen que memorizar está sacado del último libro de Harry Potter, de una guía
de IKEA para montar un estafermo[1] o de
un libro de texto de una asignatura indeterminada. La frase se aprende tal cual
y se pone en el examen sin cuestionamiento alguno. Punto. A veces da lugar a
cosas tan graciosas como enunciados sin el menor sentido con palabras
inexistentes, que uno pone porque se lo aprendió así sin pararse a pensarlo y
los de al lado copian literalmente, sin que a nadie parezca importarles no
entender la frase.[2] También he visto poner un
libro al lado de otro y subrayar lo mismo que tenía subrayado la compañera,
pero eso es otra historia. Sinceramente, he visto cosas que vosotros no
creeríais[3]
Yo trato, y las
paredes son dignas testigo de ello, de explicar los temas de la manera más
amena posible, pero como atender en clase está sobrevalorado y dejar que el
resto pueda hacerlo mucho más, el resultado final es que me quedo al acabar la
clase con la sensación de que si en lugar de estar yo allí con mis rollos y mis
cosas lo estuviera un mono araña vestido de guardia de tráfico y poniendo un
vídeo con los temas, el resultado iba a ser el mismo. Solo que yo soy algo más
higiénico, gasto menos en ropa y que en el peor de los casos el mono podría
llegar a morder a alguien y hasta acabara enfermando en consecuencia[4]. Por
lo demás en poco más se notaría. Bueno, eso y que el mono es más gracioso, pero
es que todo es más gracioso con un mono.
La idea de este
blog es contar aquí los temas como me gustaría poder explicarlos en clase si
alguien me escuchara. Así, tal vez, algún alumno podrá leerlos y le empezará a
parecer más interesante la historia que el muermo al que está acostumbrado. Porque
lo importante en el aprendizaje de la historia es entender lo que ha ocurrido,
no aprenderte de memoria frases que, casualmente, son del libro de historia,
pero que si fueran de otro no pasaría nada. Con este punto de partida nace el
método P.E.LM.A de enseñar la historia. Las siglas vienen a significar: Primero
Entiende Luego Memoriza (y aquí, la A puede ser “Animal”, “Alma de cántaro”,
“Amiguete” etc, pero siempre desde el cariño y el talante). Es decir, primero
ENTIENDE lo que pasó y por qué y luego ya rellenas el conocimiento con datos, fechas,
nombres y esas cosas que, aún a malas, puedes sacar de cualquier sitio, que eso
es lo de menos. Pero si no lo has entendido antes, si no has contextualizado el
acontecimiento, las frases que has memorizado y que plantas en el examen sin
más se te van a olvidar en menos de una semana y nos vamos a quedar al final todos
en las mismas[5]. Si lo has entendido, se
te puede olvidar una fecha, un nombre o un dato, claro, a todos nos pasa[6], pero
seguirás comprendiendo lo primordial. Y si además se explica de manera
cotidiana y amena, dejará de ser una asignatura pelma para pasar a ser
entretenida. Lo de P.E.L.M.A es irónico, en efecto.
Por eso iré
subiendo temas poco a poco, en principio de todos los cursos posibles más o
menos adaptados al nivel del mismo, pero me centraré con algo más de ahínco en
4º de la E.S.O y en bachillerato, para que así se pueda desarrollar con algo
más de chicha la cosa. Vayan mirando las etiquetas para encontrar los temas y
cursos que gusten.
Y si me lee
algún alumno actual, y esto que quede bien claro: NO ME LO PONGAS ASÍ EN EL
EXÁMEN. Aquí está puesto de este jaez para que se te quede con la tontería,
para reírnos un rato y hacerlo todo más accesible. Para que lo entiendas,
vamos, antes de ponerte a estudiarlo. Luego, una vez estudiado, en el examen
trata de redactarlo con algo más de seriedad. Que luego viene un inspector y
las culpas siempre son para el más inocente[7]. Porque
de verdad, mis exámenes de fáciles que son sirven para discriminar gente con
daño neurológico de los que no.
Dicho lo
anterior, disfruten ustedes del blog y de la historia, pregunten lo que gusten
y, de nuevo si me lee algún alumno, sepan que así serían mis clases si se me
dejara darlas en condiciones. Como eso no va ocurrir, la educación secundaria
subterránea deberá suplir a la oficial. Larga vida al método P.E.L.MA.
[1] Si fueras un alumno, me lo
pondrías en el examen sin saber lo que es un estafermo. Búscalo anda, y
entenderás la gracia.
[2] Es revelador, y aprovecho
para saludar si me leen las mencionadas, a un par de chicas que en una pregunta
sobre la primavera árabe, que vimos por encima en 3ºE.S,O hablando del mundo
actual y que definimos como “una serie
de revoluciones…” Ellas pusieron, literalmente, en el examen, “Seril de
constituciones…” y se quedaron tan panchas. ¿Tenía algún sentido? Qué más da,
así se lo habían aprendido. Bueno, una, la otra lo copió.
[3] “He visto atacarse en
clase más allá del aula de reunión, he visto petas de aquí a la paré brillar en
las puertas para entrarse (no encontraba otra cosa que rimara ni con rayos C ni
con Tannhaüser, lo siento). Todos estos momentos se perderán en el tiempo… Como
lágrimas en la lluvia”
[4] El mono, me refiero.
[5] Más viejos, calvos y
gordos, pero intelectualmente en las mismas.
[6] A mí me pasa mucho, dedico
los teras de almacenamiento de mi cerebro a conocimiento inútil, cómics, juegos
de rol, cine de serie B, ciencia ficción y fantasía… Y poco dejo para fechas y
nombres históricos. Y las fechas de cumpleaños, que desde que existe Facebook son una
información irrelevante. Aunque si tenéis pareja y se os olvida su cumpleaños
no me pongáis a mí como excusa.
[7] Ese soy yo. Encantado.
Soy tu primera alumna! Me siento taaaaaaaaan sumamente identificada con el resto de tus alumnos, que ahora de mayor (no tanto) y ya que me lo pones a huevo, voy a aprovechar el método PELMA.
ResponderEliminarA ver si se inspiran también algunos docentes que hacen de la historia un auténtico PELMAZO