Una vez pasado el cansinismo del 12 de Octubre,
pero aprovechando que todavía seguimos cerquita y podemos aprovechar el tirón,
vamos a dedicarle una entrada a el marinero más famoso de todos los tiempos,
solo por detrás de Popeye, el capitán Pescanova y Jack Sparrow. Hablamos, cómo
no, de Cristóbal Colón.
A Cristóbal Colón[1] se le
adjudican muy variopintos orígenes: Se ha dicho de él que era genovés, portugués,
gallego, de Raticulín... Mires una fuente de información u otra te darán todas
las certezas de que era de su zona[2]. Pero
tampoco nos volvamos locos por ello porque no nos interesa dónde naciera sino
todo lo que hizo a continuación[3]. Sea
como fuere se sabe que la fecha en la que vino al mundo fue 1451, y como
oficialmente se considera que nació en Génova, allí vamos a dejarle nacer de
momento.
Pero antes de
nada se preguntarán ustedes ¿qué necesidad tenían los europeos de irse a
descubrir nada a pasar calamidades, con lo fresquito que se está en Europa? O
bien ¿Tan necesario era dar esa vuelta para llegar a las Indias? Y a todo esto
¿qué leches son las Indias?
Cristóbal Colón, con una frase póstuma, pero que seguramente no sea real (La coña de la frase no es mía, está por la red) |
Nos tenemos que
remontar entonces a Marco Polo
(1254-1324) que además de dar nombre a un juego de lo más tonto que practican
los niños americanos en las películas, fue quien abre la ruta entre Europa y Asia
Central-China. Ello permite que el comercio de la seda forre a los comerciantes
de las ciudades-estado italianas y dispongan por tanto de un mercado
incomparable comparado con el resto de tenderos que se tienen que conformar con
la lana de oveja y la tela de arpillera. A la seda súmale especias de todo tipo[4] y
objetos de lujo que la nobleza feudal europea necesita como el comer para
demostrar quién de ellos la tiene más larga[5].
Marco... Polo. Marco...Polo. Marco...Polo. Marco... Polo. Marco...Polo. Marco...Polo (Y así nos podemos pasar la tarde entera tan ricamente) |
“Las Indias”
son, por tanto, toda esa zona tan apetecible, sin tener muy claro sus límites y
extensiones. Se habla así, por ejemplo, de la isla de Cipango. Según el mismo Marco Polo, “era una isla muy grande que se hallaba en el mar de China (conocida
como Catay para los colegas de la
época), a 1.500
millas de la costa y que se encontraba habitada
por indígenas blancos e idólatras, que no estaban bajo el yugo de ningún
monarca extranjero”. Todo apunta a que se refería a Japón. Y las
expediciones portuguesas iban en esa dirección, en pos de Cipango y Catay.
Pero también
estaba la leyenda medieval del reino místico del Preste Juan. Era el
nombre de un supuesto gobernante cristiano que vivía allá por las “Indias”. Le
pasaba un poco como a los políticos de provincias, que tenía muchos cargos, ya
que era a la vez gobernante, sacerdote y hasta patriarca, según quién hablara
de él. De ahí viene su título de Preste (presbítero). La gracia continúa
y no para porque según los relatos medievales más fantasiosos, descendía de los
tres Reyes Magos[6] (vamos, que les faltó
decir que tenía duendes trabajando en un taller y que regalaba a los niños
juguetes en Nochebuena). Un reino cristiano por allí perdido sería una gozada
si se llegara a encontrar, porque ayudaría a combatir al Islam ahora que se ha
asentado en la zona. Es precisamente este asentamiento del Islam lo que además
hace que sea mucho más difícil pasar por tierra en la ruta citada, así que habrá que buscar otro modo de llegar al mismo
sitio. Sobre todo después de que los turcos hayan invadido Constantinopla
(1453) y cortado el paso por los estrechos del Bósforos y Dardanelos.
La imagen del Preste Juan, reinando allá en las Indias sobre lo que parece ser un camping . |
Así que ya
tenemos la idea de qué narices estaba buscando y por qué. Lo que nos lleva a otro tema de importancia,
que es el de que si la Tierra es plana, redonda o tiene forma de plátano[7]. No
todo el mundo en la Edad Media era defensor de la creencia en la Tierra Plana y
no se descubre de repente que es esférica gracias a Colón. Ya lo habían
postulado muchos filósofos de la antigüedad previamente: El mismo Aristóteles
ya hablaba de la esfericidad del Planeta (que para unas cosas era el Jiménez
del Oso de la escuela de Atenas[8], pero
para otras iba mucho más atinado) siguiendo los estudios de Eudoxio y Calipo (a
este último lo menciono solo porque como soy medio tonto me ha hecho gracia el
nombre) o más tarde Eratóstenes, quien
en el siglo tres antes de Cristo, llega a medir su circunferencia, con un
cierto margen de error, pero la mide, ¡con dos c*****s y un palito[9]!
El caso es que
entre la gente con estudios, que lamentablemente era poca, eso de que la Tierra
es un arca que flota en el vacío y que el agua se cae en una catarata llena de
monstruos no parece muy sensato[10]. ¿Cómo pudo Colón enterarse de esa teoría? Hay
varias historias, la más divertida es la de que se encontró en una taberna a un
marinero en un estado de embriaguez considerable que en lugar de darle por
contarle sus penas sentimentales, como nos da a la gente normal y decente, le
salió con una historia sobre la Tierra redonda y un mapa que señalaba una ruta
alternativa para llegar a las Indias. Colón le pagó las copas, le quitó el mapa
y ahí le dejó durmiendo la mona.
Otras historias
más serias hablan de su relación con Toscanelli,
un matemático Florentino quien le envía al rey de Portugal los cálculos sobre
el diámetro de la Tierra y una manera de llegar a las Indias navegando desde
Poniente[11]. El rey pasa de él y
enseguida le marca como Spam, pero se dice que a Colón sí que le interesa el
asunto y que mantuvieron mucha correspondencia desde ese momento. Colón se
entera porque por aquel entonces ya es un comerciante de cierto renombre,
casado con una portuguesa y que ya había hecho bastantes viajes a Guinea, no era
que pasara por allí y se encontrara la carta arrugada en la papelera.
Ya que hemos
hablado antes del origen de Colón, apuntamos ahora el hecho de que si para
llegar a las Indias se le ocurre dar la vuelta a la Tierra, eso nos da que
pensar que también tiene algunas papeletas
para ser del mismo Bilbao.
"¿Que no podemos pasar por aquí, aiba la Ostia...?" |
"¡Pues damos esta vuelta! ¿Qué, que no hay huevos?" |
El caso es que
ya tuviera él la idea, la plagiara o intercontextualizara, se presenta en 1484 con
esas ante Juan II de Portugal[12]. Pero
el pobre hombre, con tanta lectura de mapas y cartas náuticas distintas, se
había hecho la picha un lío y había confundido las millas náuticas árabes y las
italianas, así que de las 10.600
millas reales que había de distancia hasta las Indias, a
él le salen solo 2.400[13]. No
es de extrañar que el equipo de navegantes del rey de Portugal le dijeran que a
dónde iba ese tarado con esas cuentas y que hiciera el favor de dejar el oporto
de tan buena mañana. Y el caso es que al
rey le había caído bien Colón, que debía de ser muy salado y campechano, pero
su consejo de matemáticos no opinó lo mismo. Que razón llevaban en el fondo,
pero a lo peor fue porque no les untaron
como debían. Como aspecto positivo Colón
aprendió mucho de la experiencia, sobre todo la máxima, válida hoy día también:
“Hacer la pelota previamente a los consejeros de los reyes”.
Colón sigue
pensando que tiene razón, pero si no cuenta con el apoyo de Portugal tendrá que
buscarse otro primo, digo… Otro patrocinador. Y así pensando, pensando…: “Necesito unos primos, es decir unos tontos, ¿a
quién conozco cuyos padres sean primos y hayan salido tontos?… ¡tate, la
realeza castellana[14]!”
Así que un año
después[15] se
planta ante los Reyes Católicos y les está dando la brasa durante unos siete
años[16]. Los
reyes le dan largas, que no está el reino para gastos, y el sigue erre que erre
haciéndose el encontradizo. Vamos, que ni en la conquista de Granada les dejaba
en paz y eso que se fueron tanto a ver cómo iba la guerra como también a ver si
le daban esquinazo al plasta este. (“¿Qué
hay, majestades? ¿Matando moros? Yo también mato moros en la intimidad” / “¿Es
bonito este monasterio, verdad? A mí
siempre me ha chiflado la doctrina católica, como a ustedes” Y así todo el
rato).
Recordemos que en ese momento todavía no existe una capital del reino y que
la corte es itinerante, está donde esté el rey y su séquito, así que la imagen
de Colón siguiéndoles por toda la península[17] no
deja de ser graciosa, pero no podía hacer otra cosa. La pega es que como el
hombre no tenía casas repartidas por toda la geografía castellana, que tampoco
era un consejero de Caja Madrid, tenía que vivir de gorra y alojarse en sitios
que no le cobraran mucho y pudiera no dar ni golpe. Efectivamente, la respuesta
es un monasterio. Así que mientras prepara el viaje se aloja en el Monasterio de Santa María de la Rábida,
sito en Huelva. Lugar que luego se puso de moda como primer destino antes de salir
a hacer la ronda por casi todos los conquistadores, incluso como lugar dónde
enterrarse (allí está descansando, entre otros uno de los Pinzones)
Finalmente los
reyes, de puro hartazgo, le pagan cuatro duros para la expedición, le prometen
lo que quiera (que prometer es gratis) y a ver si hay suerte y la palma en alta
mar donde no le pueda dar la tabarra a nadie más.
El mérito del
cambio de opinión de la realeza se le atribuye siempre a Fray Juan Pérez, el confesor de la reina[18] a
quien le había comido la oreja Colón
previamente, y a unos cuantos asesores de Fernando el Católico quienes le dicen
que total, poco tienen que perder y sí mucho que ganar, por lo que adelante con los faroles. Así que todos de
acuerdo firman las Capitulaciones de
Santa Fe, allí mismo, a las afueras de Granada, para no tener que volver a
Valladolid y aguantarle el camino de vuelta, y todos se quedan tan contentos.
Cristóbal Colón vendiéndole la moto a los Reyes Católicos y Fernando dispuesto a disculparse, levantarse y no volver. |
Atención a lo que le prometen a
Colón, que traerá cola:
-
Los títulos de Almirante Mayor de la Mar Océana. Que
dicho así suena muy bonito, pero tiene pocos efectos prácticos.
-
Ser nombrado Virrey y Gobernador General de las tierras
que descubriera. Aquí Colón ya se ve que no es tonto. Virrey (representante del
rey en los territorios en los que no está) es más que gobernador, pero este
último es quien maneja el poder y los dineros. Así que de los dos quiero ser,
gracias.
-
El derecho de presentación de tres nombres en los
nombramientos de regidores. Es decir poder enchufar a quien le apeteciera de su
familia y que fuese legal[19].
-
El décimo o 10% de todas las mercancías que se
negociaran en las Indias. Ya por pedir, si cuela, cuela…
-
Derecho de exclusividad en los pleitos que surgieran
por las mercadurías indianas. Éste es el único por el que los reyes no pasan,
precisamente.
-
De contribuir con una octava parte de los gastos de
armar las naves comerciales, y teniendo ese mismo beneficio.
También le dan cartas de
presentación para el Preste Juan, otros reyes cristianos que pululasen por ahí
y para el gran Khan de Cipango. A Spiderman y al Ratoncito Pérez ya les
mandarían un whatssapp si pillaban cobertura allí. También añaden una carta
real para poder enrolar a presidiarios en caso de necesidad.
Hago notar que en todo el documento
habla constantemente de “Las Indias” y que, hasta que se demuestre lo
contrario, un nuevo Continente descubierto no son “Las Indias”. Vamos, que si
luego querían pasar de lo firmado hasta
con el abogado de Urdangarín los reyes tenían el pleito ganado.
Pongo este retrato de Isabel de Castilla solo para que se vea que es igualica igualica que la de la serie de TVE. El concepto "casting", ese gran desconocido en la ficción española. |
La verdad es que la flota que le
dan los reyes para llegar a las Indias dando un rodeíllo no es gran cosa, le
dan solo dos carabelas. Y además no ponen un duro en ello porque obligan a la
gente del Puerto de Palos a prestarlas. Por lo visto, el municipio de Palos no
había ayudado a los reyes con la conquista de Granada (el término es
“deservido”) y ahora, para que vuelvan, pues hale, a poner barcos para
expediciones peregrinas. No deberían ser tecnología punta tampoco “La Pinta” y
“La Niña” que se llamaban. Tampoco van muy sobrados en tripulación, así que
tiene Colón que sacar el comodín de enrolar a presos para poder meter a
cuatro. Más que nada por eso parten de
ese puerto y no de otro. Bueno, eso y para que yo pudiera hacer el chiste de
que salieron del puerto de Palos porque la reina le dice que tenga cuidadito con los barcos que “Son de Huelva”[20].
Como con tres barcos no se va a
ningún lado, Colón consigue liar a Martín
Alonso Pinzón, rico comerciante de la zona, para que se enrole y que busque
los dos barcos que tienen que poner los de Palos, más otro. Así, meten también
en el berenjenal a Juan de la Cosa quien
pone su propio barco, en este caso una Nao, un barco más grande y seguro (con
castillo de proa y todo), construido además en los astilleros del norte, “La
Santa María”. ¿Averiguan los astutos lectores en qué barco se montó Colón?
Ahora ya, con Pinzón convencido,
que era el influyente del pueblo, es más fácil que se sume gente y así a la
tripulación se le unen los otros dos hermanos Pinzones[21] (que
de hecho eran tres y no dos y de los que, pese a la rima y a la chanza,
ignoramos su identidad sexual), Rodrigo de Triana (de quien también se dice que
no era de Triana, sino de Lepe)… Casi, casi del nivel como el la de la nave
Prometheus, vamos.
Ya solo quedaba
solventar un pequeño problema, Colón solo sabía las cuentas para llegar a las
Indias desde las Canarias, que es el equivalente al “yo sé ir en coche, pero
solo desde mi casa”, así que parada en Canarias que tienen que preparar.
Los hermanos Pinzón. Que de su vida sexual no sabemos nada, pero que eran realmente clones seguro. |
Y ya, otro día, hablamos del viaje y de la llegada a Las Indias y de cómo llaman a su primera isla descubierta “La Española” como las aceitunas.
[1] En castellano siempre con
tilde y en mayúscula, que “colon” es otra cosa, aunque por lo visto también era muy irritable
[2] De todos modos, como dice
Javier Traité en su divertidísimo libro “Historia torcida de España” no sé yo
hasta qué punto merece la pena sentirse orgulloso de haber nacido en el mismo
sitio que semejante trepa.
[3] Bueno, a continuación
tampoco, pasados unos cuantos años, pero no nos pongamos tan pejigueros.
[4] La especie Melange aún no había aparecido, lástima.
[5] La túnica de seda, me
refiero.
[6] Ya no dicen de cuál de los
tres concretamente o si adoptan un niño todos juntos o qué.¡Queremos saber!
[7] Ésta es la referencia
friki para repartir los puntos Cooper de hoy.
[8] No hay más que leer su
teoría de las almas y que, según dicen las malas lenguas, afirmaba que los
melones y los loros pertenecen a la misma clase porque los dos son verdes. Esto
último solo lo he leído en un sitio y no lo he podido comprobar después pero no
hay que perder la oportunidad de hacer coñas con las grandes figuras.
[9] Y además literalmente. Que
lo mide gracias a la sombra que proyecta un palo, comparando los ángulos de la
misma, a la misma hora, en Alejandría y Siena (nombre que se daba en la
antigüedad a Assuan) ¡Los satélites son para perdedores y medio nenas!
[10] Sí, se creían otras
chorreces del mismo calibre, pero precisamente esa no. Lo que no deja de tener
gracia porque hoy día todavía hay quien defiende la mamarrachez de la Tierra
plana, que dice que las fotos de satélites son un montaje y que todo es un
complot de los fabricantes de globos terráqueos (me gustaría que fuera coña,
pero no lo es) Y lo peor es que tienen derecho al voto.
[11] Como siempre hago
referencias a Juego de Tronos hay que señalar que aquí Poniente es entendido
como “Oeste” Es una terminología náutica que, técnicamente, se refiere a desde dónde sopla el viento, “viento de
Poniente”.
[12] Cuyo sobrenombre era,
pásmense, “El Príncipe perfecto”. Nada de “El casto”, “El conquistador”, “El
navegante” o “El crujiente”. “El príncipe perfecto”. ¿Para qué andarse con remilgos
a la hora de hacer la pelota a los reyes? Todavía tiene más gracia si sabemos
que su padre era conocido solo como “El Africano”.
[13] Las cosas como son, el
error viene, entre otras cosas, porque faltaba colocar todo un continente en medio. Que eso abulta un poco.
[14] Consanguinidad ha habido
siempre en todas las casas reales, ¿eh?, pero como es un clásico meterse con
Isabel no vamos a dejarlo de lado.
[15] 1485 para los de la ESO.
Este chiste fuera de este blog hará gracia., ¿verdad?
[16] Siete años. Imagínense
tener a alguien dándoos la badila siete años. Y luego se quejan las mujeres a
las que he pretendido alguna vez en la vida. Yo de seis años jamás he pasado.
Bueno, alguna vez, pero no más de tres o cuatro.
[17] Visualizarlo con la
música de persecución de Benny Hill ya es opcional, pero añade gracia. Sí, ya
sé que los jóvenes que lean el blog no sabrán quién fue Benny Hill y las cotas
de grandeza que alcanzó, pero ¡déjenme vivir en mi mundo imaginario que no hago
daño a nadie!
[18] El que te enchufe alguien
siempre ha sido y será la marca España.
[19] Como el tribunal de
cuentas hoy día, vamos.
[20] ¡Viva el festival del
humor!
[21] Y ya que estamos, son los
Pinzón. En castellano los nombres propios no tienen plural (seguramente sea por
eso que a veces habréis visto escrito “Los Simpsons” y otras “Los Simpson”) La
pega es que los hermanos Pinzón, también tiene rima, pero con una menos graciosa.