La
España Medieval (II)
Pues tras un parón y prometiendo, como hago
siempre, ante los dioses de Poniente que ya en lo sucesivo tardaré mucho menos
en volver a actualizar el blog, continuemos con el jolgorio y la parranda que
fueron los inicios del reino cristiano Astur-Leonés.
Durante el reinado de este buen señor
pasan un montón de cosas buenas en el reino asturiano que ya dan lugar a que
dejen de ser considerados cuatro emigrados visigodos y quince cabreros y
comience la cosa a parecerse ya un reino feudal en condiciones.
Para empezar, deja de lado las antiguas
costumbres tribales de los pastores de la zona[3] y
vuelve a introducir el uso del derecho visigodo (Liber Iudiciorum), lo que implica que, desde el punto de vista
legal, se continúa lo que se venía haciendo en el reino visigodo de Toledo. ¿Cómo
no vamos a ser lo mismo si tenemos las mismas leyes? Que luego no las hacemos
ni caso, y da lo mismo porque solo se utilizan para la nobleza como mucho,
además que al pueblo llano le daría igual porque no sabe leer y les podríamos
decir que está escrito en el libro cualquier cosa y se lo creerían[4], pero
el caso es que tenemos un sistema de leyes, ¡dejen de hacer preguntas,
perroflautas populistas!
Alfonso II el Casto con un un objeto en la mano que mejor no nos preguntemos mucho lo qué es y para lo que se empleaba. |
Pero a efectos prácticos tiene más
importancia (y es mucho más gracioso de contar) la manera de independizarse
religiosamente de la sede eclesiástica de Toledo. Recordemos que estamos en el
Norte de la Península y que la antigua capital del reino visigodo está
gobernada por los musulmanes. Hay mozárabes, claro y el primado religioso cristiano,
pues allí sigue el hombre a lo suyo, pero bajo dominio musulmán, lo que no hace
serio porque eso implica que el nuevo Reino Asturiano, independiente y peleón con
los musulmanes, desde el punto de vista religioso se encuentra mandado por un
señor que está viviendo dominado por el enemigo. Esto no puede quedar así y hay
que lograr la independencia religiosa, pero ¿cómo lograrlo? Atentos que tiene
gracia la cosa:
El mencionado primado toledano era un tal
Elipando, defensor de la doctrina adopcionista. ¿Recordáis en la entrada
anterior cuando dijimos que los visigodos habían sido arrianos mucho tiempo?
Pues recordaréis entonces que el arrianismo decía que Cisto era hijo de Dios,
pero que no era Dios. Los adopcionistas van más lejos y dicen que Cristo era
adoptado[5].
Dicho hoy día suena de cachondeo porque parece que van Dios y la virgen a un
orfanato a buscar al zagal y eligen al que parece más sano[6], pero
en el mundo antiguo la “adopción” era una práctica común que otorgaba al adoptado
los mismos derechos que a un hijo natural, pero sin serlo[7]. De
este modo los pobres adopcionistas pensaban que salvarían el escollo y dejarían
de ser considerados herejes. “No es Dios, porque no puede ser, pero si es su
hijo adoptado, legalmente es como si lo fuese”. Sí, claro, y el emperador
Palpatine sería considerado con el consejo Jedi cuando se rindieran…
A Elipando le reía las gracias otro
Obispo, Félix el obispo de Urgell, que por aquel entonces, aún estando bajo
dominio Franco, a los de la zona ya les gustaba llevar la contraria a lo
establecido. Y mantenían animadas correspondencias entre ambos y contestando a
otros religiosos de prestigio como Alcuino de York (uno de los principales
colaboradores de Carlomagno en dar forma al Imperio Franco).
Elipando y Félix se las pintaban muy
felices, pero no contaban con la figura del Beato de Liébana, un monje cenobita[8] que
debía tener cara de uno o dos amigos[9]. El caso es que el tal Liébana se vino arriba y
comenzó a atacar a Elipando con argumentos de peso y llamándole, literalmente
no me lo invento, lo juro, “Cojón del
Anticristo”[10] Así que la corte de
Alfonso II decide que porque los pobre toledanos se hayan rendido a los
musulmanes tan pronto tampoco vamos a cortar con ellos que hace feo, pero ¡por ser
adopcionistas sí! ¡Hasta ahí podríamos llegar, solo faltaba que ahora
dependiéramos de unos herejes!. Así que ni cortos ni perezosos, el parlamento
asturiano convoca una consulta popular y pone una fecha para la misma… Ah, no
perdón, ese es otro tema, decía que el reino Asturiano deja de seguir los
dictados del Primado de Toledo y crean su propia sede religiosa[11], el
obispado de Oviedo.
El Bato de Liébana (derecha) en los huesos por la vida monástica, poniendo al bruto de Elipando (izquierda) los puntos sobre las íes. Maldito adopcionista. |
Pero hará falta algo más que demuestre
que Dios está con ellos y no con los herejes de Toledo, algo como, no sé, algo
del tipo de que en Asturias el TDT funcione bien y no se pixele mientras que en
Toledo no, o que siempre aparcas en la puerta cuando vas a la Iglesia de San
Julián de los Prados. A ver, a ver qué se nos puede ocurrir…
-
¿Y
si decimos, por ventura, que hemos hallado la tumba del Apóstol Santiago? – Se
le ocurrió a uno de ellos.
-
Oye,
no es torpe, no, la invención. Puede funcionar la cosa.- Contestó otro.
-
¿Y
qué hacía el Apóstol por la zona? - Preguntó un tercero.
-
Pues
no lo sé, ¿Matar dragones?, ¿Explorar mazmorras buscando tesoros? Estoy en
blanco.- Reconoció el primero de los que había hablado.
-
Parecéis
tontos.- Zanjó el más avispado de todos.- Y además tenéis muy mala memoria. ¿No
os acordáis de cuando teníamos que pagar todos los años cien doncellas como
tributo a los moros?
-
Eh…
Sí, claro, claro que lo recordamos.- Contestaron al unísono.
-
Y
recordaréis entonces como en la Batalla de Clavijo el propio apóstol vino con
su caballo blanco y se quedó solo matando infieles a espadazos. A puñaos que se
los cargaba, que daba gloria verlo.
-
Por
supuesto, ¡quién no iba a acordarse de eso! Si fue trendig topic en twitter.
-
Pues
eso, vino aquí a defender a los suyos en la batalla y ya se quedó por el clima,
las mujeres y el cachopo con cabrales.
-
¡Es
usted un genio Fray Rouco! – Vociferaron entre aplausos sus colegas.
He mezclado dos leyendas distintas para
hacer coña, pero el caso es que es el momento preciso en que comienza a
trabajar una suerte de propaganda religiosa para santificar el reino
Astur-Leonés[12].
Lo de la tumba del apóstol vino muy bien
porque fue el punto de partida para convertir a Santiago de Compostela en un
punto de peregrinación, dando lugar al Camino de Santiago, uno de los
principales focos de comunicación cultural en todo el mundo medieval, una
especie de Erasmus de la época, pero siendo asaltado en los caminos por
desalmados, quedándose sin aprender ni papa del idioma porque al final hablabas
solo con los tuyos, adquiriendo una colección de venéreas y malviviendo en
hospedajes de mala muerte. Bien pensado, exactamente igual que una beca Erasmus,
sí.
Alfonso, con eso de que era casto tenía
que desfogarse el hombre de alguna manera y como aún se había inventado,
gracias a los cielos, el paintball le dio también por afianzar la frontera de
su reino aprovechando una serie de revueltas por todo Al-Andalus (pero sobre
todo en Mérida, Toledo o en la vega del Ebro). De este modo se dedica a
realizar una serie de razzias[13] y consigue que
bastantes mozárabes se vayan a su reino que van a estar puteados igual, pero al
menos por un cristiano, que hoy día no, pero antaño se miraban mucho esas
cosas. Poco a poco se van repoblando los territorios también de lo que hoy día
es León y culminará la cosa, como veremos, cuando el Rey García I traslade la
corte de Oviedo a León dentro de unos años.
Y ya aprovecho un inciso para precisar
algunos términos que a veces se confunden:
Musulmán: Todo aquel que profesa la religión de
Mahoma. Se puede ser musulmán en Pakistán, Córdoba o en las minas de Moria.
Hace referencia solo a lo religioso[14]. Se
puede decir islámico también y viene a ser lo mismo.
Árabe: Procedente de la Península Arábiga, es
una cuestión territorial. Lo normal es que sean musulmanes, pero pueden ser
budistas, pastafaris o ateos. Por poder… Técnicamente tampoco son todos los de
la península, más bien las tribus de comerciantes del centro, cerca de los
Oasis y de la Meca. Hoy día ya hace referencia solo a los habitantes de los
Emiratos Árabes Unidos. Un Sirio será musulmán, pero no árabe.
Bereberes: Miembros de las tribus nómadas, también
de la Península Arábiga. Fueron los mercenarios y las tropas de choque en la
conquista de la Península Ibérica y luego les dan las tierras más cutres que se
encuentran, dejando las buenas para los árabes, que siempre ha habido clases.
Es un término más étnico que otra cosa.
Hasta aquí bien, ¿no? Que ahora llega
algo más complejo porque ya mezclamos las variables de territorio y religión:
Muladí, mozárabe, mudéjar y morisco.
Muladí: Los hispanovisigodos que tras la
conquista musulmana se integran religiosa y culturalmente.
Mozárabe: Aquellos hispano-visigodos que
mantienen su religión y cultura dentro de Al-Andalus. Pagan un impuesto
especial (llamado chizya, por dar el
dato chorra que habrás olvidado tras leer el siguiente párrafo) y aquí paz y
después gloria[15]
Mudéjar: Lo contrario a lo anterior, musulmanes
en territorio cristiano que mantienen religión y costumbres musulmanas. Son por
ejemplo ¼ de la población total del reino de Aragón y no se es especialmente
duro con ellos porque representan un gran porcentaje de los agricultores y si
no lo mismo nos tenemos que poner a comer caca[16].
Morisco: Son los musulmanes convertidos al
cristianismo. El término se empieza a emplear con más efusividad a partir de
principios del S. XVI, con las conversiones en masa, no siempre voluntarias,
que se dedican a hacer los Reyes Católicos cuando se aburrían, que debía ser la
mayor parte del tiempo.[17]
Porque el término “converso” suele
emplearse más para los judíos, aunque también está bien usado con musulmanes.
Así que en lo sucesivo no empleen,
háganme el favor, los anteriores términos como sinónimos.
Y para que veáis que no me lo inventaba. Caja de los ricos Cojones del Anticristo, de venta en badulaques y demás superficies. |
[1] Sí, ya sé que podría mirarlo en los
archivos de mi ordenador o en el mismo blog, y lo he hecho, pero es una forma
de hablar.
[2] Siempre que apodan a alguien “El Casto”
nunca añaden las coletillas necesarias, que serían o bien: “Y con razón” o “Sin
mérito alguno” o por el contrario: “Debido a convicciones morales y/o
religiosas profundas”. Que si yo me pongo a fardar de casto no tendría mérito.
[3] Habrá que añadir que no tenemos nada en
contra de los pastores y que algunos de mis mejores amigos son tratantes de
ganado trashumante. Esto último no es cierto, pero es algo que se dice siempre
cuando se ha criticado a un colectivo: “Algunos de mis mejores amigos son gays,
moros, catalanes, controladores aéreos…” Es que los españoles somos muy majos y
tenemos muchos amigos a pesar de su inferioridad manifiesta. (No hace falta que
saque el cartel de sarcasmo, ¿verdad).
[4] Y
de esta manera colaban cosas (porque nadie sabía leer, les enseñaban una página
cualquiera y eso iba para adelante) hoy día inaceptables, como el derecho de
pernada, las ordalías o juicios de dios y el salario mínimo interprofesional.
[5] La gracia de Cristo enfadado con San
José cuando le mandaba comerse la sopa y diciéndole: “¡No tengo que hacerte
caso, no eres mi verdadero padre!” está muy vista, así que yo añadiré lo de que
debería después gritar, dando un portazo: “¡Me voy a buscar a mi padre
auténtico!” y ponerse a recorrer los
palomares y las pajarerías de toda Judea.
[6] Al menos lo parecía físicamente, si le
hubieran hecho ni tan siquiera un psicotécnico…
[7] Octavio Augusto fue hijo adoptivo de
Julio Cesar sin ir más lejos.
[8] Los “cenobitas” son los monjes que viven
en “cenobios” que vienen a ser habitaciones muy, muy pequeñas excavadas en la
pared de un monasterio. Ya que se pone uno en plan eremita o penitente y se
aparta del mundo, se aparta bien, sin medias tintas. Nada que ver con señores
que manipulan cubos de rubik mágicos y se clavan alcayatas por toda la cara. Y,
para mantener la costumbre, 10 puntos Cooper para el que lo pille.
[9] Es decir de pocos. El chiste es muy
bueno, pero no es mío, era de los enormes Tip y Coll. Y no lo juzguemos tan duramente que si
viviésemos durante años en un monasterio nosotros tendríamos no tendríamos cara
de uno o dos amigos, si no la de alguien que debe diez o doce al Universo.
[10] Hoy día los “Cojones del Anticristo” son
un dulce local muy rico que deberíais probar si váis por la zona. Además la
caja es una reproducción del Beato de Liébana (Beato entendido como libro
ilustrado) de lo más chula. Lo digo de verdad, ¿eh? No es una broma del tipo de
“pregunten ustedes en León por el dulce Cojones del Anticristo. Je, je, no, no
me río por nada”
[11] “¡Con casinos y furcias…!” Otros diez
puntos Cooper por entender la gracia.
[12] No recuerdo del todo la historia, pero
me contaron que en una sede gubernamental del Norte de España se firmó hace
años un acuerdo hispano-marroquí sobre no sé qué tema en una sala que tenía en
la pared principal un cuadro enorme de Santiago hinchándose a matar moros. Se
lo juro por Aegon. El ojo y el tacto de nuestros políticos honra a la patria.
¡Esa es la marca España!
[13] Eran una especie de expediciones para
conseguir botín y expulsar de paso a unos cuantos de los territorios menos
vigilados por el enemigo, que fueron hiciendo tanto cristianos como musulmanes
a lo largo de toda la edad media. Es fácil acordarse del término porque “Razzia,
lo que se dice razzia, no le debería hacer mucha a los campesinos atacados”.
Como este chiste, vamos.
[14] Jacques Cousteau se hizo musulmán,
Mohammed Alí se hizo musulmán… Y de árabes no tienen nada. Y si cualquiera
recita ante testigos la profesión de fe musulmana se convierte en musulmán ipso facto. Y no hagáis la tontería que
es como lo de casarse de broma en las Vegas, que parece que no, pero luego
tiene consecuencias legales. Por eso no lo pongo aquí que os conozco como si os
hubiera parido.
[15] Aunque sigo diciendo que mola mucho más
Claire.
[16] Como pasó cuando los expulsan en época
de los Austrias, con Felipe III. Es lo que tiene cuando en toda tu familia tus
padres son primos.
[17] Al igual que hemos comentado antes con
el islam y la profesión de fe, si te bautiza un sacerdote ¡estás bautizado,
macho, haberte resistido!. Recuerden el episodio aquel de los Simpson cuando
Flanders trata de bautizar a Bart, Lisa y Maggie.
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