domingo, 15 de marzo de 2020

El mundo de entreguerras. Relaciones internacionales.


 Bueno, pues se ha quedado una buena tarde después de la Gran Guerra, ¿no?[1]  Mira que se habían intentado previamente unos sistemas de relaciones internacionales entre los países para que no se llegara a más conflictos bélicos, pero la verdad es que ninguna de ellos fue muy allá que digamos:
-          Tras las guerras napoleónicas, se pensó en realizar periódicamente congresos como el de Viena (1815) donde las grandes potencias decidirían todo y el resto de países limpiarían las mesas sin estorbar a sus mayores.[2] Con ideacas como el poder intervenir militarmente un país en el caso de que hubiera en él revoluciones[3].
-          Después vino Otto Von Bismarck (canciller de Prusia) quien prácticamente dirigió las relaciones internacionales del momento y quien se flipó de mala manera firmando alianzas, post alianzas, alianzas deconstruídas, pactos secretos, pactos secretos dentro de los pactos secretos... pero pasa como cuando tienes varios grupos de whatsapp y acabas hablando mal de alguien pensando que estás en un grupo, pero lo has escrito en el que no debías donde está esa persona. Pues eso, que al final la cosa fue un carajal y tampoco funcionó muy bien.[4] No es de extrañar que finalicen las movidas en guerra, la Franco-Prusiana. Antecedente directo de la Primera Guerra Mundial.
-Pues como le digo, señor Zar. Vamos a matar a todos los putos franceses.
- Yo soy Napoleon III,emperador de Francia. El Zar le está esperando ahí al lado
-  ¡Joder, qué pisto tengo! ya no sé ni con quién me entrevisto. Ésto es un estrés.

 Y, oye, las guerras pasadas ahí estaban, eran  muy malas y todo eso, pero ahora con las nuevas armas (gases venenosos, aeroplanos, tanques, morteros…) el nivel de destrucción es tal que era pertinente hacer una pequeña reflexión al efecto, ya que a este nivel destructivo, cada guerra sería más atroz si cabe que las anteriores. Pobres, ni se hacían una idea de lo que esperaba a la vuelta de algo más de una década.
Venga, va, que se nos ha ido la mano esta vez. Un poco de calma todos.

El presidente de EEUU, Woodrow Wilson[5],  ya había hablado varias veces de crear una organización internacional que garantizara la paz en el mundo. A día de hoy nos suena raro porque cuando un presidente americano (o una peli de Hollywood) dice “todo el mundo” se refieren solo a los USA, pero el pobre Wilson iba de buenas, de verdad. Dadle solo por esta vez el voto de confianza.
El presidente americano Wilson en la Tomatina de Buñol.
El hombre da en 1918 un discurso al senado donde expone sus catorce puntos[6]. La idea era lanzar varias propuestas para acabar con “el fantasma de la guerra” y cómo se puede crear un nuevo orden mundial de ahora en adelante. El caso es que en el último de los catorce (lo mejor para el final) habla de la creación de una “asociación general de naciones” Vamos, como la Federación de Planetas Unidos de Star Trek, pero sin Klingons [7].
¡Maldita federación humanonormativa y sus estereotipos con los Klingons!
El bueno de Wilson debía de ser un influencer con millones de likes en instagram y comentarios en youtube[8]  y ya en el Tratado de Versalles tras la guerra se recoge el “Pacto de la Sociedad de Naciones”, basado en esas ideas,  que entra en vigor en Enero de 1920.
Esta sociedad de naciones se propone mantener la paz y se insta a las naciones que agoten todas las posibilidades pacíficas antes de llegar a las manos[9]. Se plantean sanciones para el primer estado que agreda a otro y listos. El problema viene precisamente en cómo articular el concepto de “agresión”[10]
¿Sabéis qué es lo más gracioso de todo? Que luego el senado de EEUU vota en contra de que el país firme el pacto. Como os lo cuento.
La Sociedad de Naciones decidiendo sobre la línea neutral con el Imperio Romulano.
Finalmente se crea la Sociedad de Naciones, como una organización a nivel mundial, una especie de ONU versión beta, pero que destacó precisamente por su falta de universalidad: Alemania no entró hasta 1926, la URSS hasta 1934 y según pasan los años, Alemania, Japón e Italia se van pirando en los años 30 según van ganando terreno aquellos que no deben ser nombrados. Total, para no hacer el más mínimo caso a las resoluciones y pasárselas por dónde cada uno se imagine, dejan de ir y punto. Que ir para nada es tontería.
Si nos ponemos pejigueros, pues la verdad es que fue un fracaso la idea, pero siempre se considera como un buen intento (honesto al menos) y muchas de las instituciones (asamblea general, consejo de seguridad, secretario, tribunal internacional de justicia…) se reutilizarán posteriormente  para el reboot que supuso la creación de la ONU.[11]

Fases en las relaciones internacionales
Suelen diferenciarse tres frases en  las relaciones entre los países, según van evolucionando y cambiando ya desde el final de la guerra.
1) Tensiones tras la guerra.
Los tratados de paz van a ser terriblemente duros con Alemania (pero la culpa es solo suya por haber perdido la guerra, si hubieran resultado vencedores no se verían en ésta), les toca pagar toda la fiesta (deudas de guerra se llaman)  lo que produce una hiperinflación tremenda. Se cuenta la anécdota de que si en Alemania en ese momento querías tomarte dos cervezas las pidieras juntas porque si no cuando lo hicieras con la segunda ya habría subido. Y en 1923 una barra de pan llega a valer doscientos mil millones de marcos[12]. Ante la situación no queda otra que tirar la moneda y hacer una nueva a ver si no se devalúa tanto.
Además, soldados franceses ocuparan la cuenca minera del Ruhr no sea que se escondan el carbón en el recto y luego cuando salgan de la mina digan que ya no quedaba.
El trato a Alemania, que no reconoce las decisiones del tratado, va a ser causa directa de que ciertos movimientos ideológicos campen posteriormente a sus anchas en un país totalmente arruinado.
¡Usted, el bohemio de la pipa! A ver si va a estar escondiendo carbón por ahí.

2) Optimismo pacifista.
Una ola de buenismo comienza a florecer, Alemania piensa que de buenas lo mismo le van las cosas mejor, así que acepta las resoluciones que se tomaron sin su consentimiento tras la guerra, con eso logra que sea incluida en los organismos internacionales (aunque ya sepáis que va a durar poco). Todo lo cual se lleva a cabo en el tratado de Locarno (1925).
Tras tres años de parón, el blog vuelve con chistes que alcanzan cimas nunca soñadas

EEUU no quiere quedarse atrás y se une también a este intento de instaurar el buen rollo internacional[13]. Un comité del senado (el comité Levinson) intenta hasta poner a la guerra fuera de la ley.
En 1928 quince naciones firman el pacto Briand-Kellogg[14] en el que se condena la guerra como medio de resolución de las disputas entre países y abre el futuro a una nueva dinámica en la manera en que los países gestionarán sus diferencias.
Pacto Briand-Kellogg. Alegoría.
Bueno, pues nada. Se acabaron las guerras para siempre, ¿no? A partir de este momento, todos los seres humanos sin importar dónde hubieran nacido se unirían para cooperar, avanzar y descubrir las estrellas. Me temo que no.
3) Virajes hacia la guerra.
Este punto es tan importante que casi lo dejo para una entrada posterior. Sí, de esas que digo siempre que haré, pero que luego nunca hago. Pero peor sería estar en la calle cometiendo delitos o grabando vídeos de reggetón para subirlos a Internet.








[1] Recordemos que no se llama “Primera Guerra Mundial” hasta la segunda. Que de verdad de la buena, esta vez en serio, no podía volver a haber otra guerra tan cruel como la que acababa de terminar. El equivalente de “No vuelvo a beber” a escala de países. Aunque divago, ¡cómo vais a saber los adolescentes qué eso del beber! Preguntadle a vuestros mayores.
[2] Bueno, eso o  lo que quieran que hagan los pobres, que yo no sé para qué les están pagando que eso lo lleva una subcontrata.
[3] Que equivaldría a lo que os dicen algunos padres o profesores de: “¡No digáis tacos, joder, me cago en…!”
[4] Aclaro que en su origen, estas notas de página pretendían ser humorísticas, ahora en el Mundo Millenial (MM en lo sucesivo) me veo obligado a aclarar que Bismarck no tenía Whatsapp. No se había inventado aún. Se apañaban con los canales irc y el Messenger. Vale, otra broma, no me la tengáis en cuenta, que ya estoy mayor.
[5] Con su nombre aliterado como los superhéroes  y todo (Peter Parker; Bruce Banner; Loise Lane; Scott Summers, Pedro Picapiedra…)
[6] Explica catorce ideas, para un mundo mejor, no es que les enseñe los catorce puntos de la operación en la rodilla.
[7] Pensabais que iba a asociar una nación real con los Klingon, ¿verdad? Pues no: ¡tuHmoH! (es Klingon, sí)
[8] Insisto, es retórico y humorístico, no, no se había inventado. Que si no lo dejo claro lo mismo me expedientan.
[9] La dijo un gran hombre, Salvor Hardin (léanse todos la trilogía de “Fundación” de Asimos) que la violencia es el último recurso del incompetente.
[10] Y ni con un buffete de abogados delante pienso comentar nada al respecto.
[11] Lo de que la ONU, al igual que la Sociedad de Naciones, tampoco sirve para nada lo habéis pensado vosotros, yo no he dicho nada.
[12] Y esto no es una broma ni una exageración. Fue real.
[13] #porlapaz #guerrasno #buenrollo.
[14] Llamado así por Por el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Aristide Briand, y del Secretario de Estado de los EEUU, Frank B. Kellogg. No porque hubiera un gallo que publicitara cereales.


sábado, 14 de marzo de 2020

Probando

Solo quiero ver si el rollo éste funciona después de varios años, que por mor de la crisis vírica voy a ver si puedo colgar aquí todo lo relativo a las clases.
Ustedes sigan como si nada.