¿Qué cómo va la
cosa en la nueva asamblea? Bien, gracias por preguntar ¿Y vosotros? ¿Todo bien?
Pues en la asamblea resulta que son los girondinos moderados son los que tienen
más representantes y aunque estamos con la coña de que si son unos sosos y eso,
todavía tienen sectores mucho más a la derecha, ¿eh? Como lo son los
partidarios realistas que añoran el antiguo régimen y suspiran por los
beneficios perdidos de la iglesia. Por otro lado, los de izquierdas empiezan
también hacerse notar en las propuestas que presentan a la asamblea.
Una de las
primeras medidas que se aplican es “tomar prestados” los bienes de todos los
que han emigrado con el susto en el cuerpo, que algo habrían hecho o si no no
se hubieran ido, y venderlos. Porque, no sé si lo recordamos, pero toda la
movida empezó por una crisis económica tamaño española y que todavía nadie se
había puesto a hacer nada para superarla en serio[1]. Lo que
pasa es que a estas alturas el rey va a empezar a poner pegas y los de derechas
le seguirán el rollo y le jalearán las gracias.
Desde fuera de
Francia se empieza a ver todo esto de constituciones, asambleas, derechos
naturales y confiscación de bienes a la nobleza como algo que se tiene que
acabar sin miramientos, que ya se lo han pasado bien los críos un rato y va
siendo hora de que se acuesten sin cenar para que no se repita la cosa. Así que
una coalición de países, Austria y Prusia en cabeza, enviará sus ejércitos
contra Francia para volver a darle al pobre rey el poder absoluto que nunca
debió perder. A los más radicales les suena de fábula, porque así los que
estaban apoyando al rey van a quedar un poquito desprestigiados[2] y además,
para la gente de a pie, ahora la lucha se confundirá con una lucha nacional.
Son los franceses y su nuevo sistema social contra el mundo. Además, si ellos
no iban a ir la guerra, total, qué más les daba.
Y entonces se
puso chulo el duque de Brunswick, el general del ejército prusiano, que se le
ocurrió amenazar con (literalmente) arrasar París si alguien tocaba un pelo al
rey Luis XVI. Las bravuconadas que se suelen decir en las guerras, vamos,
tampoco nada del otro mundo. Sin embargo, la chulería da lugar a que estalle
una revuelta popular y al grito de “Pues
no te preocupes, no, que no le vamos a
hacer ná”, derribe la monarquía y en el mismo París se cree una comuna que
en lo sucesivo no es que vaya a hacer excesivo
caso a las asambleas y demás zarandajas de ese tipo.
- "Malditos gabachos. Como le pongáis la mano encima a mi primo dejo París como un solar. Menudo soy yo". -"Señor duque, deje el vino que no le sienta bien". |
Mientras, el
ejército de ciudadanos franceses, con su libertad recién estrenada, derrota a
los prusianos en la batalla de Valmy[3] Y
mira que el ejército francés empezó bastante regulero… Es lo que tiene cuando
mandas a paseo a la mitad de los altos mandos porque saben leer y no huelen a
estiércol (es decir, se dan aires de nobleza) y a cualquier soldado pelado que
se queje de sus superiores porque les han gritado un poco fuerte se les escucha
y se investiga la infamia en nombre de la igualdad y fraternidad[4]. Vamos,
que la disciplina no era lo suyo precisamente. Sin embargo, en esta batalla, el
ejército del pueblo gana a las entrenadas tropas invasoras, seguramente porque estas
estaban confiados de las palizas que les estaban pegando un día tras otro, ya
casi hasta sin ganas. Parte de la demostración de que habían ganado
prácticamente de churro es que los vencedores no persiguen al ejército
derrotado en desbandada para apiolarles por la espalda, que es algo que se
suele hacer con frecuencia, no sea que no se repita otra vez la coña. Luego,
además, las condiciones de la rendición del enemigo son también bastante poco exigentes.
Seguramente ni ellos se lo creerían. Pero, oye, las cosas como son, que aguantan
como señores el cañoneo enemigo y responden el fuego con propiedad. En el bando
invasor, estando de invitado con las tropas, el poeta alemán Goethe[5] escribirá
luego sobre todo lo que cambió ese día y de cómo comenzó una nueva era en la
historia mundial, lo que encumbró finalmente la batalla en lo más alto.
La batalla es
una chorradica desde el punto de vista militar y estratégico, pegarse cañonazos
unos a otros a la sombra de un molino, pero históricamente muy importante,
porque:
-
Demuestra que un ejército puede funcionar también con
cierta efectividad sin mandos nobiliarios entrenados y sin mercenarios, solo el
ejército de los ciudadanos que luchan por su libertad. Lo que se pierde en
calidad bélica se gana en deseos de luchar por la patria.
-
Hace que las
potencias europeas se lo piensen un poco y no eliminen de un plumazo la
revolución que había empezado en el país vecino. Que si no la cosa no hubiera podido
ir a más. Como ya sabéis que pasó.
Batalla de Valmy. "Oye, que hemos ganado. Pues nada, ahora a aprovechar y a comprar lotería que estamos de racha". |
Pues venga, que
ha llegado la fase exaltada de la revolución. Y lo ha hecho para quedarse[6]. Ya
empieza la chanfaina.
El 10 de Agosto
de 1792 es la fecha de la insurrección popular y significa que ya se meten en
el tinglado los sans-culottes,
quienes esperaban que ahora las medidas que se tomaran fueran bastante más
punkis que hasta ahora habían sido pechés pechés: Sufragio universal, mejor
distribución de la riqueza… Así que los sectores más macarras de la asamblea
les reparten armas (que si nos acordamos, de la bastilla habían sacado unas
cuantas) y, hale, a montarla por ahí. Que disfruten las criaturas, así si se
desfogan y hacen ejercicio luego por la noche dormirán mejor.
Venga, que ésta
seguro que os la sabéis. ¿Qué se hace ahora?..... ¡En efecto! ¡Cambiar el
nombre a la asamblea! ¿Cómo lo habéis adivinado? Ahora se llamará “Asamblea nacional”[7], por
eso que os he dicho antes de que se vaya a unificar la lucha contra el invasor
y la lucha dentro de Francia contra los enemigos de la revolución.
Los jacobinos y montañeses
apoyarán a los desarrapados y se impondrán en el gobierno que ya va a ser una
casa de locos y una jaula de grillos. ¿Qué van a hacer entonces, tomar medidas
contra la inflación? ¿Van a construir carreteras y hospitales? ¡Quía!, van a
cargarse a todos los que les chisten que para eso mandan. Se crearán tribunales
especiales, como el “comité de salud pública”, para juzgar rápidamente por
traición a todo el que se ponga a tiro y el que parezca que tenga poco espíritu
revolucionario. El rey Luis XVI y su esposa Maria Antonieta los primeros, que
se les veía muy contentos cuando venían
los prusianos a liberarles[8]. Pero
matar a tanta gente es cansado, que si se ahorcan no hay cuerdas para todos y
si el verdugo se tiene que liar el pobre a cortar cabezas a hachazos acaba con
unas agujetas de cuidado y también es un ciudadano con sus derechos y tal. Así
que para matar en serie se tunea un aparato de lo más curioso que ya estaba
inventado de antes. Me refiero a la guillotina, claro, que permiten que vayan
pasando los traidores uno detrás de otro y en un pispas apilas unas cuantas
cabezas y a otra cosa, que suele ser cortar más cabezas. A muerto por minuto se
calcula. Lo más triste de todo es que se decide hacerlo también con la idea
sincera de ahorrar sufrimiento al reo, que hasta entonces que la muerte fuera
vistosa era parte del espectáculo y de la gracia de las ejecuciones públicas.[9] Y,
del mismo modo, la idea es que ahora todos tengan la misma forma de ejecución,
que antes a los pijos de los nobles solo podían decapitarles y con los demás se
podían poner creativos. El nuevo método revolucionario lo propone un cirujano,
el famoso Guillotin, y diseña el modelo 2.0 un constructor de clavicordios
(como suena, sí). Es más, cuenta la leyenda urbana que el verdugo que mató a
Luis XVI escribió en sus memorias que el fue el propio rey el que viendo que
eso cortaba poco propuso que se inclinara la cuchilla. Igual veía venir el
hombre dónde iba a acabar.
La cosa llega
hasta el punto en que Robespierre, una vez está dirigiendo el guateque casi de
manera dictatorial, se pondrá a cargarse gente hasta quedarse ahíto[10].
Inclusive una buena parte de los girondinos la van a palmar por moderados y
flojos.
Robespierre, con sus ojos de zumbado o la marca de Innsmouth, según la fuente que consultes. |
Los países
Europeos volverán a atacar a Francia, que una cosa es redactar una constitución,
que está feo, pero puede llegar a tener un pase, y otra es decapitar reyes y
pretender irse de rositas. Ya se meten también los británicos y todo, con su
flota que era la mejor del momento, a la que apoyará la marina española también,
que para algo están los Borbones reinando en España y lo de que guillotinen a
familiares no se lo toman bien.
Y como hay una
guerra, pues nada, a reclutar gente y a dirigir la economía que los fusiles y
los suministros no se pagan solos. Así que todos los jóvenes solteros de 18 a 25 se convierten
inmediatamente en soldados y se le pone un precio máximo al trigo. Ambas
medidas fueron tomadas por la gente, sobre todo en el campo, un poquito mal.
Conclusión, insurrección en el campo contra los tarados de la ciudad que ya la
están liando[11]. En la ciudad también se
montará gorda en cuanto se descompensen las subidas de los salarios con los
precios.
Así que a los
pobres montañeses no les queda otra que cargarse a los opositores al régimen,
lo que viene a incluir a los realistas, los nobles, los moderados, los
insurrectos, los desertores, los que hablaban mal de la revolución, los que se
salían sin despedirse de los grupos de whatsapp…Es la etapa conocida como “El
terror”. Se dice, igual con algo de exageración, que en esta etapa se
guillotina a unos 40.000 pavos. Y mira que a los pobres montañeses les hubiera
gustado vivir en paz y armonía, pero si no se puede, no se puede.
La cosa se pone
tan así que llegado un momento surge una reacción contra los exaltados, se
empiezan a clausurar los centros de reunión de los sans- culottes, se detiene a los jacobinos más borricos[12] y se
empiezan a plantear pisar un poco el freno que al final nos quedamos sin gente
en Francia. Es que con la guillotina pasa como con las pipas, te pones, te
pones y no sabes parar… Finalmente Robespierre es detenido y guillotinado para
que no guillotine más, que sepa que está muy mal guillotinar a la gente a
tontas y a locas. A esto se le llama el “golpe de estado termidoriano” o
“reacción termidoriana”. Termidor es el segundo mes de verano en el nuevo
calendario de la revolución[13].
Imaginaros lo bien que tenía que oler París con 40.000 cabezas cortadas rodando
por ahí y las cárceles llenas de gente. Seguro que eso fue lo principal para
acabar con el terror, que igual los otros países no nos invaden, pero nos acaba
comiendo la mierda.
En plena fase del terror. Regalando cabezas a los asistentes como si fueran perritos pilotos. |
El caso es que
tras el desfase se vuelve a las posturas moderadas de los girondinos, se hace
una nueva constitución en 1795, moderadilla ella (que no lo habíamos comentado,
pero en 1793 la asamblea nacional había hecho otra mucho más progresista). Para
que no vuelva un Robespierre se decide que el poder lo tenga un directorio de
cinco miembros que se contrapesen, lo que finalmente llevará a que Francia sea
dirigida por la clase burguesa adinerada. Ahora lo importante va a ser la
estabilidad, ya lo de la libertad, igualdad y fraternidad algo menos.
Tras todos estos
años convulsos, parece que al final hemos ganado poco, pero no es así, en
Europa se asienta una nueva forma de gobierno, con constituciones que limitan
el poder de los reyes, división de poderes, partidos políticos y el fin de los
privilegios por nacimiento. Que la parte más radical se extingue de raíz, sí, pero
que estos años cambiaron el panorama europeo completamente y la historia
consiguiente.
Luego llegará
Napoleón y la liará parda, pero ya se verá en otra ocasión.
[1] De nuevo a lo española,
mira.
[2] “¡Mirad, esos son los que apoyan a los invasores, señaladles con el
dedo y hacedles un escrache!”
[3] Y, de nuevo, vuestra
juventud hace que si ahora digo la batalla de “Valmy Vartokomus”, me quede solo
con la gracia mientras pasa rodando delante de mí un matojo de esos de las
pelis del oeste. Eso, sí, a veces es divertido
vivir en mi cabeza.
[4] Estamos exagerando mucho,
pero la exageración es parte de la gracia del método P.E.L.M.A. ¡Nos apoyan dos
mil millones de visitas al día!
[5] Debía estar en el programa
“prusianos por el mundo” y podría haberse quedado ensalzando batallas en lugar
de escribir “Fausto”, que menudo peñazo de libro y que me perdone si me lee un
profe de literatura.
[6] Bueno, solo un poco, pero
es que la frase es chula.
[7] No os preocupéis si os
perdéis con los cambios de nombre, a mí también me pasa. No os estáis haciendo
viejos.
[8] Cuenta la leyenda que
antes de morir dijo: “Franceses, muero
inocente. Perdono a los autores de mi muerte. Ruego a Dios que mi sangre no
recaiga sobre Francia”. Muy folclórico y poco creíble, seguramente se
ciscaría en los ancestros de alguien. Mola más lo que supuestamente dijo Maria
Antonieta, que estaba subiendo a la guillotina, así como sin ganas, el verdugo
hizo como que miraba la hora y ella le contestó un lacónico: “Pardon, monsieur!”Los modales que no se
pierdan, que te vayan a guillotinar no es motivo para perder las formas.
[9] Y aquí en este blog nos lo
tomamos a la ligera, pero, según wikipedia,
en Alemania sigue la guillotina en vigor hasta 1949 en la parte federal
y hasta 1969 en la democrática. En Francia hasta 1977. Novecientos, sí, no ochocientos.
[10] Me encanta la palabra
“Ahíto”. Me recuerda a La venganza de Don Mendo: “Paren ya la tambor, que están mis nobles cansados de redobles y yo ahíto de tanto parchear y
tanto pito”.
[11] También influyen, eso es
así, los discursos de los curas de pueblo, que ponían verde a la revolución y
sus cosas de modernitos y calentaban a los campsinos.
[12] Valga la redundancia. Por
cierto que ya en este momento Jacobinos y Montañeses son casi lo mismo, por eso
según donde lo leas te vas a encontrar la mención a unos u a otros.
[13] Si ha cambiado todo, no
vamos a seguir usando el mismo calendario que antes, no fastidies. Defenderlo
es ser poco revolucionario y tener varias papeletas para la guillotina.
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