viernes, 28 de febrero de 2014

I Guerra Mundial (Antecedentes)



El acontecimiento que lleva a gran parte de Europa a enfangarse en la Primera Guerra Mundial es por todos conocido, el asesinato del archiduque Francisco Fernando, que no era un cualquiera, era nada menos que el heredero del Imperio Astrohúngaro[1]. Le mata un estudiante bosnio en Sarajevo, en julio de 1914 y Austria culpará de todo a Servia, que ya les tenían ganas. Como casi todos los países habían firmado durante los últimos años alianzas militares a tontas y a locas como si no hubiera un mañana, ahora toca apechugar e ir a la guerra por bocas.  Merece la pena detenerse un poco en el sistema de alianzas y en los conflictos previos para entender en su totalidad como se pudo montar tan gorda en lugar de que fuese una guerra de tantas. Va a ser un poco lioso, pero es que si no no se entiende bien. Hagan un esfuerzo.

Hay que retroder bastante en el tiempo, es lo que tiene la maldita historia, hasta el momento en que la unificación alemana ha triunfado y el ejército prusiano[2] les pone las peras al cuarto a los franceses en la guerra franco-prusiana (1871). Francia chincha y rabia, porque los alemanes no contentos con la paliza que les meten en la batalla de Sedán, aprovechan el viaje ya que están de turismo y en un alarde épico de chulería proclaman emperador al rey alemán, Guillermo I, en la galería de los espejos del mismo palacio de Versalles[3].  Encima les quitan dos regiones, Alsacia y Lorena que iban pasando de manos francesas a alemanas a lo largo de la historia, como la falsa moneda[4].

Alemania está gobernada por Otto Von Bismarck, el canciller de hierro, quien se propone hacer todo lo posible para aislar a Francia y que si se quiere vengar lo tenga que hacer ella solita sin amigos. Para eso se inventa una serie de pactos con varios países, los sistemas Bismarckianos, que serán el punto de partida de las alianzas que llegarán después fimadas a la guerra. Tienen la gracia de que ya no son alianzas que se firman para buscar aliados antes de empezar la gresca, son alianzas permanentes, como los contratos de los móviles.
 
Bismarck, con su elegante gorro con pincho y su bigote sexy. La moda otoño-invierno en Prusia en 1914
 Bismarck acaba por fliparse de lo lindo y llegando a firmar acuerdos a dos bandas, uno con Austria contra Rusia y otro al revés, con Rusia contra Austria (Tratado de reaseguro). Que es una de esas cosas que como piensas que nunca van a llegar a pasar, te pones y te vienes arriba con lo de las alianzas[5].
Hay que reconocerle que era un buen estratega y tenía un buen ojo político, pero macarra lo era también un rato. Como consigue que empiece la citada Guerra franco-Prusiana es ejemplo de ello. No tiene que ver mucho con el tema, pero es tan gracioso que merece la pena contarlo si me permiten el paréntesis.
Resulta que en España, una revolución, la gloriosa, había conseguido exiliar a la reina Isabel II en 1868. Como todavía la república era cosa muy de modernos y en España esas ideas no se llevaban, se piensa en poner a otro rey, pero que esta vez no sea Borbón que los últimos no estaban muy frescos. Así que, con una mano delante y otra detrás, se va una delegación a buscar un rey por ahí a ver si nos cae alguno, aunque sea el más tonto. Resumiendo mucho, hay dos candidatos que prometen, uno austriaco y otro francés y las diplomacias de ambos países querían colocar al suyo. El rey Alemán estaba el pobre descansando tan ricamente de su agotadora jornada laboral[6] en un balneario en la bonita ciudad de Ems y allí tiene un pequeño encuentro educado con el embajador francés relativo al tema. El rey le envía un telegrama a Bismarck contándole la movida, pero éste lo filtra en Berlín a la prensa cortando un poquito por aquí y otro poco por allá dejando así algunas frases un poco fuera de contexto, de tal modo que a Francia la respuesta del rey alemán le pareciera un insulto y no le quedara otra que declarar la guerra: “¡Pues no me ha llegado el comequesos y me ha dicho que nos replanteemos nuestra candidatura. Pues le he respondido que se metan el suyo  por donde no brilla el sol y que en lo sucesivo se dediquen a acostarse con sus mujeres gabachas para así poder completar su colección de venéreas!”. Ahora soy yo el que exagera mucho (porque Bismarck no toca una coma, pero sí que acorta partes), pero esa es la idea que tenía el canciller al manipular el documento y que encima le salió bien. Napoleón III entra al trapo cual mihura y declara la guerra a Alemania. El susto del rey alemán debió ser de antología también. Y es lo típico de que no pasa nada porque ganaron la guerra, que si no Bismarck hubiera acabado de agente de aduanas en el desierto del Gobi [7]. ¿Era o no era un grande el tío? Aunque después, el nuevo rey, Guillermo II, ya no le reirá tanto las gracias y le pondrá de patitas en la calle.

El caso es que de los sistemas bismarckianos, una vez ya han destituído al pobre, se pasará a las dos grandes alianzas que casi coinciden con los bloques bélicos posteriores:
-          Triple Alianza: Francia, Gran Bretaña y Rusia.
-          Triple Entente: Alemania, Austria e Italia.

Con lo que se lo curró Bismarck y al final más países se pondrán a jugar con Francia. No somos nadie.
Pero mientras se van haciendo alianzas hay también algún que otro conflicto bélico o crisis diplomática por ahí que ya van calentando los ánimos, que tampoco es que estuvieran muy fríos realmente[8].
Para empezar hay un par de crisis en marruecos, entre Francia y Alemania[9]. Donde se ve que a los primeros ya le apoyan a veces los rusos y a veces los británicos. Que si no, con la tontada, Alemania se hace con todo. Pero en estos casos la cosa no va a más.

Más graves van a ser, eso sí, las crisis de los Balcanes[10]:
Hasta el S.XIX los imperios turco y austriaco habían controlado toda la zona, sin tener en cuenta las enormes diferencias entre todos los pueblos existentes: Servios, croatas, búlgaros, griegos, eslovenos, bosnios… Diferencias étnicas, culturales, lingüísticas y religiosas (vamos, todas las posibles)[11] Una primera crisis va a ser cuando Austria se anexione Bosnia, porque necesitaban la salida al mar y porque ellos lo valen. La pega es que la mayoría de la población Bosnia era musulmana y, encima, se trataba de un lugar sagrado para el nacionalismo servio porque allí tuvo lugar una matanza de los suyos por los turcos hace siglos. Un pisto, vamos, porque los turcos ya pintan poco, pero los servios están pujantes y apoyados por sus primos eslavos los rusos.
La segunda vendrá en 1912 cuando bulgaros, servios y griegos se unan y se peguen con los turcos echándoles definitivamente de Europa. Todo parecen alegrías entonces, pero los bulgaros se han subido mucho a la parra y les tienen que bajar los humos servios y griegos en una guerra al año siguiente. Al final es Servia la que se engrandece y mira con ojos aviesos la Bosnia controlada por Austria. Ya se ve que la cosa bien no puede acabar.

Este es un poco el pisto que había por la zona de los Balcanes. Fíjense en Bosnia y Servia, sobre todo.

Para que no os liéis más, resumiendo, antes de la primera guerra mundial:
-          Hay una serie de alianzas firmadas que comprometen a media Europa contra otra media en caso de guerra.
-          En los Balcanes servios y austriacos se odian a muerte de un modo tal que ríete tú de Stark y Lannister.
-          Como Rusia apoyará a Servia y Alemania a Austria, sumen ustedes dos y dos…
¿A que no ha sido tan dificil? Pues próximamente, la guerra.


[1] Tenía el chaval nombre de hijo de folclórica o de protagonista de telenovela, pero no, iba a heredar un imperio.
[2] Recuerden, los 39 estados germanos se han unificado, pero es Prusia la que manda en el tinglado.
[3] Alemania estaba en racha, que ya se habían pasado por la piedra previamente a austriacos y daneses en dos guerras anteriores. ¿Cómo se le ocurre a Francia meterse en líos entonces? Ya lo verán, ya.
[4] Lo mismo pasaba con los ducados de Niza y Saboya entre España y también Francia.
[5] Lo del tratado de reaseguro vendría a ser el equivalente de quedar con dos personas distintas a cenar la misma noche en el mismo restaurante y que encima paguen ellas. Hay que tenerlos bien puestos.
[6] Guiño, guiño, codazo, codazo.
[7] Al final no fue rey ni el candidato austriaco, ni el francés. Fue el italiano, Amadeo I de Saboya, quien tras un año reinando dijo que antes que seguir de rey de España preferiría que le hiciera una vasectomía Ramsay Bolton. Y así llega nuestra Primera república, tan solo porque no hay nadie que quiera ser rey de España.
[8] De hecho al periodo se le llama “La paz armada”, es decir que guerras gordas no hay, pero sí que se observan unos a otros y dicen: “mira cuantas armas tan bonitas tengo y si hay que usarlas las uso que estoy muy loco”.
[9] España también tiene intereses en Marruecos y trata de tener peso en las reuniones, pero le dicen que no moleste mientras hablan los mayores y que se vaya a comer a la mesa de los niños.
[10] Los Balcanes siempre han sido “El polvorín de Europa”, de la primera guerra mundial a la reciente guerra de Yugoslavia. Todavía no están las cosas calmadas del todo.
[11] Les faltaba solo discutir sobre si era más fuerte La Cosa o El increíbe Hulk.

No hay comentarios:

Publicar un comentario